-Reload pero que muchas veces.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que se reinicia cada vez que publica una novela sin perder el toque.
-Sigo sin pillarlo.
-Lo que hace que lo que escriba sea esencialmente literatura.
-¿Y tú crees que repetir, entre paréntesis, escribir, previo reciclado, lo que dicen, entre paréntesis, escriben, otros en un mejunge que tiene mucho de lector erudito y de esnob recalcitrante en una trama mínima estirada para la ocasión, es literatura?
-Todo escritor proviene de otros. Los muy vagos de unos pocos, cierto, y esos no escriben tan bien como les gustaría.
-También los habrá que lean mucho y sean incapaces.
-Tú mismo: un gran lector.
-Pésimo escritor.
-Pues prueba a copiar.
-¿Plagiar?
-No exactamente. Es más como coger una frase que te guste y adornarla o dejarla tal cual entre líneas que ya has escrito o que vas a escribir.
-Ir dejando la impronta de los otros escritores en mi escritura.
-Y enriquecer tu discurso.
-¿Y luego podré quitarlas sin que se resienta el conjunto?
-Probablemente hayarás solo tu voz. Y si es una voz importante se oirá.
-Ya ves. Como Vila-Matas, que le pone voz al escritor ficticio checo Volem Vok. Es Vila-Matas a través de otro.
-Exacto. Vila-Matas vincula un recuerdo que le viene de mirar un cielo lluvioso en pleno mes de julio en Barcelona con un recuerdo inventado a partir de una cita de un escritor que acaba refiriéndose a otro e, incluso, a él mismo.
-Pero te advierto que Vila-Matas se inventa la mitad de las anéctodas y las citas.
-Probablemente sea cierto la mitad de lo que cuenta.
-O no.
-Pero como lo cuenta con esa gracia suya tan irónica, aunque no te lo creas te lo crees.
-Siempre en los límites de su propio universo literario, en su imaginario voluble.
-Yo creo que Vila-Matas no necesita conocer el mundo tal como es porque está continuamente investigando en lo que no es.
-Estoy de acuerdo. Vila-Matas ha escrito que en su época parisina malvivía en una buhardilla que le alquiló a Marguerite Duras, a la que él veía por entonces como, y cito textualmente: “una señora rancia que hablaba un francés superior”.
-¡Si esto no es literatura entonces!
-Una voz que toma prestada la de otros muchos, pero es su voz la que prevalece.
-Por cierto, fue el abuelo de Vila-Matas el que conducía el tranvía que acabó con la vida del arquitecto Gaudí.
-¿Será esto verdad o una invención más?
-No lo sé, pero Vila-Matas responsabiliza a Gaudí de las oleadas de turistas que invaden Barcelona cada día para ver casitas de gnomos.