En España la filosofía política está más cerca de ‘Juego de Tronos’ que de Shakespeare o Isaiah Berlin. Y así nos va. Se percibe la realidad igual que si se tratara de episodios de una serie guionizada e interpretada por los principales líderes, que a ratos nos parecen personajes de los ‘Simpson’, de ‘Borgen’ o ‘Los Soprano’.
Así cristalizó la imagen de un Rajoy indolente cuya principal virtud sería sentarse a esperar y ver pasar el tiempo con la esperanza de que desfile también ante la puerta el cadáver de su enemigo… La consagración del viejo principio de Cela: «El que resiste, gana».
Decía el poeta chino Mei Yaochen que la condición invencible reside en la defensa, pero las oportunidades de victoria en el ataque. ¿Ha ganado Rajoy el primer asalto por su defensa? ¿Lo perdió el anterior secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por no calcular bien ‘su’ ataque al pretender convertirse en secretario general permanente en vez de interino, ignorando quiénes eran y a qué agrupaciones ganadoras pertenecían los militantes que le habían puesto allí? «Lo que depende de mí puedo hacerlo; lo que depende del enemigo nunca está garantizado», concluye Mei Yaochen.
En nuestra realidad guionizada el líder de Podemos puede proclamar (reinterpretando a Marx) que el cielo no se toma por consenso sino por asalto, que la crisis terminará cuando el miedo cambie de bando o que hay que crear «poder popular» luchando en la calle antes que en el Parlamento. Pero no ha podido precipitar a un PSOE descabezado y dividido –a pesar de la hiperbólica campaña de reproches que mantiene activa desde hace meses– para que salte al vacío imprevisible de las terceras elecciones… Y Podemos seguirá siendo la tercera fuerza política, una concentración de siglas y corrientes sometidas por otra parte a potentísimas tensiones centrífugas cuya evolución es difícil de prever.
En nuestra política guionizada el ritmo de los acontecimientos puede ser vertiginoso. Pero a la misma velocidad que llegan los acontecimientos, se olvidan. ¿Quién recuerda ahora aquel famoso «No. Punto. No vamos a entrar en Podemos. Punto», de Tania Sánchez cuando pertenecía a la IU encabezada por Cayo Lara? ¿Quién recuerda la forma y las circunstancias en que fue fulminado nada menos que el secretario de Organización de Podemos Sergio Pascual? ¿‘Juego de Tronos’, ‘Borgen’ o ‘Los Soprano’». Da igual. Episodios que la actualidad consume y enseguida transforma en género perecedero, en mera anécdota.
La clave en el plano de la filosofía política y de nuestra propia realidad es diferenciar lo anecdótico de lo esencial, las voces de los ecos. Los movimientos puramente tácticos de los estratégicos. En todo el arco político. Las decisiones que conciernen a la mayoría constitucional del país, a los intereses de quienes representan más de dos tercios del Congreso de España. He citado otras veces la respuesta que me dio Savater cuando le pregunté por su definición de héroe: «Aquel que no olvida su destino, su misión». Espero que en la encrucijada actual los personajes de nuestra realidad política actúen como héroes o al menos estén a la altura del guión.