Famosos arquitectos, como Antoni Gaudí, promovieron a principios del siglo XX una serie de construcciones inspiradas en las formas de la naturaleza. En la actualidad, el arquitecto estadounidense Dennis Dollens continúa con la línea de estos maestros pero con tecnología digital, y un profundo estudio de los seres vivos, dota a sus construcciones de propiedades biológicas, acercándose a la arquitectura biomimética.
La biomimética toma de la naturaleza su capacidad de ahorro energético y de eficiencia, para un mundo sostenible.
Dollens traslada este escenario a la arquitectura; estudiando métodos de la botánica y las ciencias naturales, para desarrollar proyectos obtenidos con simulaciones informáticas (L-Systems y Xfrog), que no tienen nada que ver con un diseño que copie el aspecto de un árbol o del ala de un pájaro, sino que busca que funcionen como la naturaleza.
El Xfrog es una plataforma que utilizan los paisajistas para predecir el crecimiento de las plantas en un espacio determinado. Se basa en algoritmos sobre la evolución de los vegetales, con datos recogidos en una serie de cuarenta años, sobre la manera como una estructura arquitectónica (que emulara al vegetal) crecería para buscar la mejor orientación solar, los mejores flujos de aire caliente o frío, la reducción del consumo energético y de agua, etc.
El proyecto de Dollens, creado con el software Xfrog y denominado Arizona Tower, fue modelado a partir de plantas vivas. El edificio está anclado al terreno por raíces, luego se desarrolla con una morfología ramificada. Las raíces, en sus extremos bajo tierra, permiten almacenar agua, y las ramas, en la altura, presentan paneles solares. Una serie de vainas, conectadas con una doble escalera en espiral, permite el acceso y la circulación. Luego se alza una segunda serie de vainas que delimita cada espacio doméstico.
Otro de sus proyectos, se estructura como una estructura acumulativa generada digitalmente a partir de simulaciones de plantas, tuvo como resultado el desarrollo de un racimo de vainas en espiral, influenciado por la colocación, siguiendo la sucesión de Fibonacci, de flores de yuca creciendo alrededor de un tallo central.
La sucesión de Fibonacci se obtiene comenzando por los dos primeros números, 0 y 1, y después cada número de la serie se obtiene sumando los dos que le preceden, con lo que resulta:
0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, …
Estos valores y los resultados de combinarlos aparecen con mucha frecuencia en las obras de la naturaleza, pero además, si en esta serie dividimos cada número que aparece en ella por el número que le precede, se obtiene un resultado sorprendente, y es que a medida que avanzamos en la serie, el resultado de las divisiones citadas va tendiendo, es decir se va acercando cada vez más y más, al valor: 1,618034, que es precisamente la ¡Proporción dorada o Número Áureo!, que es considerado el patrón de la proporción perfecta en campos como la arquitectura, la escultura, la pintura y muchos otros.
Un magnífico modelo de rascacielos energéticamente autosuficiente es la Torre Eólica Giratoria de Dubái, en cuya cubierta y sobre determinados espacios de las fachadas, se instalarán los colectores solares, tanto térmicos como fotovoltaicos, así como un total de 48 turbinas eólicas, con una potencia de más de 300 kw eléctricos cada una de ellas, que serán intercaladas entre los 59 “pisos giratorios orientables”, e instaladas de tal manera que serán prácticamente invisibles desde el exterior, siendo además muy económicas y silenciosas, gracias a su diseño que imita la estructura espiral de un molusco, siguiendo la sucesión de Fibonacci, antes citada.
Los pisos se abastecerán totalmente de energía mediante el conjunto de energía solar y eólica; de hecho, el arquitecto señala que el edificio puede generar 10 veces más energía que la que consume, por lo que se puede considerar este edificio como un generador de energía.
Los cactus son una buena fuente de ideas para la climatización de edificios en zonas con climas extremos de tipo desierto, donde estas plantas se las arreglan para mantener un clima confortable. En el edificio a la izquierda se puede ver algunas de las ideas que hacen del cactus un modelo fresco para el diseño del edificio.
Los objetos difusos que sobresalen de la construcción, o bien sin plantas o bien las emulan, formando una maraña que suministra sombras en el lateral de la estructura, lo que resulta eficaz para evitar la insolación directa en las horas de incidencia de los rayos solares no muy vertical, es decir a media mañana y media tarde .
La forma hinchada de “la panza” del edificio, el cual presenta una cima más pequeña y un mayor diámetro en el centro, hace que la parte inferior esté en la sombra durante las horas más calurosas del día, es decir hacia el mediodía solar, cuando el sol está en el cenit, próximo a la vertical.
El edificio también imita a los cactus, que se cierran durante el día, cuando el calor es máximo, y respiran de noche cuando el entorno se enfría. Estas ideas de sistemas de aire que refrescan durante la noche y se cierran durante el día, ayudan a los edificios construidos en áreas con este tipo de climas a mantener el confort, reduciendo costes.