Nos invaden las tecnologías.
Cuando empecé a correr, no llevaba más que un reloj que tenía un cronómetro y altímetro/barómetro. Era el que usaba cuando iba a las montañas, para conocer la altitud y orientarme, a veces, usando su brújula. Eso era todo. Después usaba GoogleEarth para medir la distancia que recorría, y así calculaba los tiempos. Más o menos, después de repetir varias veces un recorrido, me marcaba uns puntos de referencias kilométricas, y con mi reloj y su sencillo cronómetro, iba haciendo cálculos mentales para ver si el último km lo había hecho más o menos rápido. Era un follón, pero mantenía la mente ocupada, eso sí. Ahora tengo un reloj con GPS que marca todo, tanto, que la mayoría de las cosas ni las entiendo. Ahora bien, cuando corro un ultra, en el que me tiro entre 10 y 15 horas, la cabeza sigue entretenida realizando los cálculos de la hora prevista para llegar a la meta, o imaginando el ritmo que llevaría hasta el final…
Antes de adquirir mi primer GPS de muñeca usé un par de Apps para móvil (Android) entonces apenas habría unas pocas, pero en la actualidad, podemos encontrar una gran variedad de ellas.
Todas son más o menos similares, y quizás sus popularidad vaya en función de modas y de que cuenten con más o menos usuarios que compartan y comenten las actividades.
Empecé usando SportsTracker, que era realmente buena, y fue cuando empecé a mirar los tiempos con más atención, porque daba bastantes datos. Lo que ocurría es que mi teléfono no contaba con un sistema de GPS demasiado preciso, pero bueno, ahí andaba. Al menos no me resultaba necesario realizar una inversión económica en un GPS ya que no sabía cuanto tiempo me duraría esta fiebre por correr. El inconveniente de usar el teléfono como “medidor de distancias y ritmos” es el peso y la incomodidad de llevarlos encima, porque ya te condiciona a cargar con otro accesorio. Yo suelo usar un cinturón o en uno de los bolsillos amplios del pantalón (en carreras ni en entrenamientos soporto los brazaletes…) y soy partidario de “cargar” con el móvil, simplemente como elemento de seguridad en caso de sufrir, por ejemplo, algún accidente.
Poco después usé Endomondo que me atrajo bastante, sobre todo por los retos que te propone, tanto unirte a ellos, como crear tu mismo e invitar a tus amigos, aunque ya, casi todas las Apps cuentan con esta función.
Hoy una de las que más se usa es Strava y cada vez conozco más gente que se une a esta App. Su punto fuerte, puede que sea los Segmentos que los usuarios crean. Consiste en definir un trayecto y se establece una clasificación de “los más rápidos”. Está bastante bien, cada vez que completes ese segmento, la aplicación te ofrece una comparación de todos tus tiempos. Otra forma de usarlo es diseñarte un segmento relativamente largo e ir comparando tu evolución en ese tramo, además, estoy consiguiendo esa mentalidad competitiva (contra mí mismo) que antes no tenía, aprendiendo a sufrir para mejorar un tiempo. Al fin y al cabo es una competición contra uno mismo. Pruébalo y verás como aumenta tu motivación.
La mayoría de aplicaciones te ofrecerán datos similares con una apariencia distinta, y podrás elegir la que más te guste o la que mejor sepas interpretar. También la mayoría cuenta con una versión gratuita y una versión Premium (de pago) lo que te podrá ofrecer seguir entrenamientos y planes (ojo, no para todos serviría el mismo, deberías dejarte aconsejar por un profesional) y un montón de utilidades.
Otro de los aspectos que puedes tener en cuenta, es la posibilidad de sincronizarlo con tu GPS de muñeca (si es que cuentas con uno) que te hará la tarea más cómoda.
Otras que podrás encontrar en tu App Store son Runtastic, RunKeeper, Nike+Running, miCoach…
Aquí te dejo algunas de las más usuales, pero hay muchas más que podrás encontrar en tu teléfono móvil simplemente poniendo palabras como correr, running o gps
¡A disfrutar!