Conocí a Maldonado y Seve en distintos eventos. Ambos son personajes de este Blog y es un placer acompañarles de vez en cuando en sus correrías.
A Maldonado le conocí en el Hotel Wellington, en un sarao gastronómico de la alta braga madrileña en la que la materia prima que se elaboraba por grandes maestros (Arzak era el oficiante) era carne de sus cerdos.
A Seve, tras visitar su pequeña cervecería artesana, nos corrimos una fiesta inolvidable en su Stand de la Feria Hispano-Portuguesa (FEHISPOR), en Badajoz, por la que circularon gentes de todos los pelajes. En ella, su cerveza puso la frescura y el placer de nuevos sabores que muchos no conocíamos en esta bebida y las tapas de ibéricos puros de Maldonado hicieron el resto. Los que pasaron por allí, y fueron muchos, son testigos de unas horas inolvidables, incluso los portugueses, que aportaron al final sus vinos alentejanos y ya no sabíamos si aquello era una monarquía o una república ibérica como dios manda.
A medida que pasa el tiempo ambos personajes van evolucionando y con ellos su arte y su producto. A Seve, una vez que ha corrido todas las ferias y saraos de pueblos y ciudades con su cerveza a cuestas, se la va quedando pequeña Extremadura. Ya se mueve con soltura por Madrid y las cinco cervezas que hoy elabora se van extendiendo como una mancha de aceite imparable, aunque él tenga claro que hace un producto artesano que está reñido con la cantidad.
Su última hazaña es el premio que le han otorgado en Sanghai cuya peripecia es la siguiente: Boris de Mesones, su gran amigo y gurú de la cerveza artesana, que ha sido su maestro, tiene un pequeño Brew-pub en Corea del Sur donde fabrica y vende su propia cerveza; aprovechando una visita de éste a Villanueva hicieron un ensayo para hacer una cerveza Indian Pale Ale con lúpulos americanos.
Después de mandar muestras a distintos amigos expertos coincidieron en que tenía una gran calidad y han decidido elaborarla juntos. Me informó también de que la Brewers Asociations (asociación americana de cerveceros artesanos) organizaba en Corea del Sur la copa del mundo en esta especialidad cervecera. “El itinerario seguido para hacer llegar mi cerveza reduciendo gastos fue de lo más pintoresco. A través de David Castro, maestro de la cervecería La Cibeles de Madrid, llegaron a Denver, donde se celebraba la copa del mundo.
Después de un periplo por diversos aeropuertos de EE UU y Japón llegaron a Corea, desde donde Boris las hizo llegar al campeonato de Sangahi ganando el tercer premio.” El orgullo de Seve es haber ganado un premio en China con una cerveza elaborada en su casa, con su maestro, que ahora se disponen a poner en el mercado conjuntamente.
Maldonado por su parte no para de expandirse por sitios selectos de algunos países, dado el alto valor añadido de sus productos ibéricos, en momentos además difíciles ya que la cabaña de porcino ibérico ha disminuido drásticamente y el precio de los cerdos ha subido casi un cincuenta por ciento. Sus jamones, enteros y con un loncheado especial han salido ya para Hong Kong. En Reino Unido trabaja regularmente con Fortum & Maison, una de las firmas del más alto nivel de alimentos gourmet, y se prepara para iniciar su comercio en Italia con Eatali-Gourmets, cadena extendida por EE UU y otros países.
También sigue dedicando especial interés a Portugal, donde mantiene el doble comercio de venta de sus productos ibéricos a la vez que compra una parte importante de los cerdos pretos alentejanos. Todo ello manteniendo el carácter tradicional y semiartesano de su pequeña industria. Desde el jamón Albarragena de la más alta gama, hasta sus productos más populares, como la patatera y la papada ahumada, Maldonado sigue sacando productos ibéricos puros a un mercado reducido cada día más selecto.
Ahora, en la cervecería Severbrau Tavern, ambos emprendedores ofrecen juntos la cerveza artesana y las tapas de productos ibéricos puros los fines de semana, aunando el genio creador de dos promotores pequeños de grandes productos y demostrando que la productos artesanía alimentaria extremeña tiene espacios de amplio recorrido regional, nacional e internacional, de los que no sabemos hasta dónde serán capaces de llegar.
Estoy convencido de que estos dos personajes, creadores de una artesanía que les abre un espacio propio dentro de dos productos de gran consumo, como son la cerveza y los embutidos y piezas nobles de los cerdos ibéricos, van a dar mucho que hablar en el futuro para bien de esta tierra que no anda sobrada de gentes con imaginación y capacidad de riesgo.