Con tres años Maleni ya montaba a caballo, su padre la ataba una soga a la montura y daba vueltas sola (aunque vigilada) por el picadero. A los 9 años ya iba a los Concursos de Alta Escuela con “Indiana”, una yegua a la que no olvidará nunca. Y ya con 10 años recorría con “Muñeca” y “Favorito” los certámenes de Castuera, Piedraescrita (Campanario), Trujillo, FEVAL, Guadalupe, participando con su padre en todo tipo de concursos por Extremadura. A principios de los años 90 comienza una etapa más profesional que les lleva a certámenes como los de Zafra, Trujillo, Cáceres, Piedrahita, Oviedo, Camponaraya (León), Salamanca, Jerez de la Frontera, SICAB (Sevilla) etc. Desde entonces la Yeguada Nobleza del Guadiana ya ganaba concursos morfológicos por todas partes de la geografía española. Les hablo a ustedes de una ganadería que no venía de herencia, ni se había hecho a golpe de talonario, sino que era la obra de un hombre al que la pasión por los caballos le llevó, poco a poco y con mucho esfuerzo, a conseguir una Yeguada de renombre en Extremadura, en España y en algunos países de Europa, América del Norte y América Central. Les estoy hablando como ya pueden imaginar de Joaquín Conesa, a quien ya dediqué un post en este Blog y que muchos de ustedes recordarán.
Maleni tuvo el privilegio de que su padre la dejara montar, de vez en cuando, a aquel caballo mítico del que ya les hable, “Indiano XVIII”, conocido en California (EE. UU) como “el León Español” y a toda la estirpe de caballos que vinieron tras él, “Faraón XXIX” y “Tocador III” como sus mejores descendientes. Por tanto no necesitó hacer ningún máster en cría caballar, ya que ha tenido en su casa la mejor escuela de caballos españoles, habiendo conseguido en más de treinta ocasiones el premio a la mejor ganadería o al mejor criador en todo tipo de certámenes.
Heredado de su padre el amor y la pasión por los caballos y habiéndose criado entre ellos, Maleni hace tiempo que asumió también la compleja tarea del manejo, la alimentación y la sanidad que conlleva una explotación equina de este nivel. También la gestión administrativa y legal que acompaña a los movimientos nacionales e internacionales de los caballos y la tarea contable y financiera necesaria para sacar adelante una empresa altamente especializada. Por tanto, su dedicación profesional se ha ido replegando cada vez más hacia Nobleza del Guadiana y el equipo de personas que con ellos trabajan, afrontando una crisis como la que estamos atravesando, que tanto ha afectado a este sector, en la que han desaparecido o se han malvendido no pocas yeguadas y en la que ellos resisten porque tienen una reserva genética conseguida en más de cuarenta años y sus animales tienen un espacio ganado en los mejores circuitos del caballo español.
Maleni va cada día de los bóxes y las cuadras a la dehesa, del microchipado al picadero donde se hacen las cubriciones con monta natural, de los potros destetados a las yeguas cubiertas o en cría, vigilando siempre cómo están los animales. El papeleo burocrático también se lleva mucho tiempo y la preparación de los concursos es otro trabajo delicado y costoso. En su pequeña oficina, al lado de los caballos jóvenes que están para la venta, pasa también muchas horas en todos estos quehaceres. Cuando le pregunto si fue alguna vez a EE. UU. a ver a “Indiano XVII” se emociona por su reciente muerte, tras dejar una descendencia enorme en ese país, y me cuenta su primer viaje a México, a un certamen en el que llevaron caballos a todas las pruebas que se celebraban y ganaron el premio a la mejor ganadería. Con ese historial a cuestas no es de extrañar que esta familia de criadores a la que pertenece Maleni, viva entregada a una actividad diaria en la que nunca tiene tiempo suficiente para ver crecer a tantos potros y para lograr que puedan llegar después a los espacios que les tienen destinados. Me cuenta historias de caballos y yeguas que permanecen en su recuerdo y de los comienzos de su padre hace cuarenta años, cuando ella apenas tenía cinco años y concluye diciéndome que la belleza y nobleza del caballo español es casi única, pero que la memoria, la inteligencia y la lealtad también son atributos del caballo en general, que hace que se les llegue a querer como si fueran seres humanos: “además de su hermosura, el caballo es uno de los animales domésticos que más servicios ha prestado a la humanidad y que más influencia ha tenido en la historia”.
Quedo emplazado a visitar con ella los potros del destete de este año, de los que me adelanta una foto que, aunque hecha con el móvil, da una idea de la belleza de unos animales que aún no han cumplido un año. Tras la entrevista, Maleni habla con Dioni (mayoral de la Yeguada) para tener preparados un lote de caballos jóvenes que vendrán a ver este fin de semana, destinados a la exportación y yo me quedo viendo caballos jóvenes espectaculares, de dos y tres años, que pronto irán a parar a los destinos más variados de España y el extranjero