Corren nuevos tiempos. Convulsiones políticas han agitado el medio de cultivo de las empresas, del emprendimiento y las pymes, y parece que, por fin, hemos descubierto algo: Todos los partidos políticos y todas las tendencias ideológicas saben que sin la pyme y el emprendimiento es difícil generar la riqueza tan necesaria que nos haga salir del agujero. Lo que se haga luego con esa riqueza, es lo que diferencia las ideologías y formas de gobernar. Pero que necesitan los emprendedores para salir adelante para salir a flote, parece que está claro para todos.
Las medidas tendentes a mejorar la situación fiscal de pymes y autónomos son esenciales porque el sector publico debe ayudar en la medida que pueda a generar los mecanismos que no asfixien los principios. Y esos principios no son ayudas al pago de la cotización social de 6 meses. ¿Qué es mejor: un autónomo que pague 280 euros al mes y un 20% de economía sumergida, o cinco autónomos que paguen 60 euros y afloren un IVA del 21%?. Son ayudas que tienen que mantenerse al menos durante tres años hasta que la rotación del emprendimiento produzca autonomía economica porque en definitiva el emprendimiento resuelve el paro y para resolverlo hemos de luchar.
Que Irlanda, un país más parecido a Extremadura que a Cataluña, fuera el destino de Microsoft Europea, Facebook etc, y surgiera de sus cenizas, puede que tenga algo que ver con un Impuesto de Sociedades del 12.5% para aquellas empresas de capital extranjero.
En países punteros del entorno pyme como Gran Bretaña, el Chief Innovation Officer depende directamente de la Presidencia del Gobierno. Son países, como Israel, en los que el sector publico está constantemente dispuesto a ofrecer el músculo que la capacidad financiera de los presupuestos les ofrece a la iniciativa privada para así, conseguir un binomio ganador y darle lo que necesitan los emprendedores para salir adelante
Hay que conseguir que no sea necesario para ser proveedor de la Administración tener la antigüedad prevista y las certificaciones actualmente exigidas que solo benefician a las empresas más grandes.
Las sociedades de garantía reciproca, bien utilizadas y bien gestionadas podrían ser una solución definitiva para conseguir esa financiación a la empresa que en la actualidad les está bloqueada en la Banca.
Y también que entre las buenas prácticas sociales, fuera obligatorio establecer un tanto por ciento de compras de la Administración a empresas foráneas o de nueva creación.
Que una empresa de reciente constitución tenga que financiar al Estado es absurdo. Que pudiera recibir mensualmente, o en el peor de los casos a 30 días la devolución del IVA le evitaría muchas tensiones de tesorería en su lanzamiento.
También sería deseable poder detraer las aportaciones al emprendimiento y al Crowfounding de la renta con una casilla del 0,7% en la declaración de la renta, y que las inversiones fallidas puedan descontarse como minusvalía.
Cláusulas sociales que subvencionen con la totalidad, o el 80% de los costes de seguridad social, como si de un centro especial de empleo se tratara, porque lo es, la contratación de parados en riesgo de exclusión o de larga duración con la claúsula destinada a que, si no cumple plazos previstos de mantenimiento de los puestos de trabajo, se vea obligado a reintegrar los costes bonificados.
La Universidad es esencial en el emprendimiento. En la misma línea para la contratación de primeros trabajos de especialistas surgidos de la Universidad o para empresas spin off de la misma, para que la Universidad no solo fuera un centro de creación de conocimiento, sino de aplicación práctica del mismo en la vida real.
Para que realmente lo fueran, sería bueno que existieran líneas especificas de avales para que esa tan sufrida clase media y profesional que pretende lanzarse de nuevo a la creación de valor no sufriera los rigores de la falta de financiación y, en caso de encontrarla, que sus avales estuvieran limitados. Hoy, en España el fracaso se paga con el ostracismo económico y unas deudas, no solo con los Bancos, sino también con los organismos públicos que te persiguen hasta tus herederos.
Y así podíamos continuar enumerando propuestas para promover lo único que hoy nos va a sacar de la crisis, la pyme y los autonomos y el apoyo de la Administración Publica ofreciendo su músculo a la iniciativa privada, porque al final del camino de la economía de los pequeños son personas lo que hay, esos trabajadores pobres de nuestra Economía Anticrisis que saben que lo que no son cuentas… son cuentos