Año electoral. Empiezan a moverse las manzanas del árbol de los votos que unos y otros y probablemente los de más allá van a intentar cosechar, y para ello se elevan los gastos aunque no los ingresos y, como ocurre en todas las familias, las cuentas no salen.Los datos de la deuda pública, solución para cubrir ese deficit llega al 97.7% de lo que producimos todos los españoles llegando en algunas comunidades como Extremadura hasta un 18% más de lo que había a finales del 2013.
El deficit público es eso. El descuadre de las cuentas de la Administración. Cuando se gasta más de lo que se ingresa, faltan perras y, aunque nos parezca que el desequilibrio de la Administración no supone un efecto directo sobre nuestra economía, debemos preguntarnos cómo afecta a nuestros bolsillos el deficit publico.
De media, la Administración consigue sus fondos de cuatro partidas que nos afectan, y muy directamente:
De la Seguridad Social: un 30% . Si somos autonomos, son esos casi 300 euros que pensamos que es más un impuesto revolucionario por ser empresarios que la participación nuestra a las cargas sociales. Si somos trabajadores por cuenta ajena, en nuestra nómina podemos ver todos los conceptos que van destinados a las arcas publicas.
De las rentas que percibimos, otro 30%. Cuando hacemos la declaración, por ahí se nos van parte de nuestros ingresos percibidos, o bien nos descuentan las retenciones que nos habían hecho en la producción de dinero de nuestros trabajos para terceros.
De los impuestos indirectos, otro 30% más. Este es el más injusto de todos.Y el más alto porque el IVA es el mismo para todos. Todos los mileuristas y los viajeros a paraísos fiscales pagan el mismo IVA al comprar el pan.
En transmisiones patrimoniales, otro 10%, Ese impuesto que tenemos que pagar cada vez que transmitimos un bien.
¿La ironía?
Que mientras creemos que los escalones impositivos del IRPF son los que regulan nuestra aportación, el 70% de los ingresos de nuestra Administración es en realidad “café con leche para todos”, es decir los pagan igual todos los niveles económicos, lo ricos, si es que queda alguno y los demás.
Y cuando los gastos son mayores que los ingresos porque se recaudan menos impuestos por el menor consumo y movimiento económico: Aumentan los gastos de los gobiernos
Hay que pagar lo que falta, y solo se paga consiguiendo dinero. Y éste se consigue del bolsillo de los ciudadanos o pidiendo préstamos.
Estamos a pocos días de la elecciones, por lo que subir impuestos no se subirán, pero financiarse con préstamos puede suponer, como ya ocurrió en el 2014, que aumenten los importes por intereses pagados un 27% respecto al año anterior.
Porque el dinero no se crea. El dinero saldrá de donde siempre, de nuestro bolsillo,de ese céntimo sanitario que nunca desaparece o de ese IVA que vive de promesas de disminución y siempre termina aumentando, porque la otra opción es controlar con mano ferrea esos gastos, pero claro, que gobierno se arriesga en el año electoral
Otras opciones, como aumentar los ingresos procedentes de la Seguridad Social por la creación real de puestos de trabajo que podrían aportar en vez de percibi, no empleo publico, si no puestos de trabajo de verdad, es una opción complicada porque si algo se mantiene casi igual es el paro.
Sin embargo,disminuir el paro y poner a más ciudadanos a producir, mejoraría las posibilidades que tiene la Administración de incrementar los impuestos recaudados de ese 70% de “impuestos café con leche para todos” por el aumento de la capacidad de gasto de la población, y sobre todo, mejoraría las expectativas economicas de esa población
Lo que no son cuentas, son cuentos.