LA OBRA
Juanjo Llorens es el responsable del diseño de la iluminación. Y es que la luz tiene un papel importantísimo en el desarrollo de la trama de Antígona. Ante un escenario desnudo son los contraluces, los cañones al rostro, las ráfagas de guerra y fiesta, quienes te introducen en el montaje sin que puedas casi pestañear. Es la luz fría la que ayuda a ‘Creonte’ a explicar la decisión de no enterrar a Polinices por buscar ayuda externa en Argos para destronar a su hermano Eteocles del trono de Tebas. Los dos mueren en la batalla a manos del otro. Su ‘tía’ Creonte se hace con el trono y sus decisiones encadenan una lucha entre el poder y el pueblo, entre el amor y el odio, entre la razón y la Ley que acabará condenando a su protagonista a los mayores sufrimientos:La incomprensión del pueblo que gobierna y el suicidio de su hijo Hemón.
Un ‘dramón’ en toda regla. No es la primera ‘Antígona‘ que vemos en el Teatro Romano, pero sí la primera que muestra matices que nunca habíamos descubierto en el texto de Sófocles. Carmen Machi encarna a Creonte en uno de sus mejores papeles. Potente, segura de sí misma, desgarradora, impasible…La Machi nos regala al Creonte con la mayor gama de facetas interpretativas que hayamos disfrutado en este escenario. Es ella la protagonista de una obra coral, paradójico. No echas de menos la figura masculina en su papel, y convierte al tío y culpable de los mayores dramas personales de Tebas en una madre que sufre y ama a los suyos, la humaniza. Como puede ser tu madre o la mía, gobernadora de su casa, de su hacienda y de su familia. Pero que sus decisiones, firmes, la abocan a la mayor de sus desgracias: perder a su hijo. Y es ese momento final, el del dolor de una madre, aunque sea la más poderosa del mundo, lo que acongoja y estremeció a los casi 3.000 espectadores que acudieron ayer al estreno en Mérida de ‘Antígona’.
En este trabajo de investigación que ha supuesto el ‘Teatro de la Ciudad’, el montaje desarrolla un trabajo de movimientos de escenas limpios que como los hilos de una madeja, entre cosen una historia cuyo desarrollo queda perfectamente hilvanado. La tensión física y dramática del cuerpo de 8 actores completan el centro escénico del Teatro Romano. No hace falta mucho más para que la historia esté llena de detalles y nada se pierda. Manuela Paso, encarnando a Antígona, le da la réplica a Carmen Machi, en un cara a cara tan real que parece que sobrina y tía, Paso y Machi, han nacido para compartir miradas en este montaje. Del Arco ha apostado por la sencillez en las escenas de muerte. No hay más artilugios que la muerte en sí, que ya es lo suficientemente dramática. La interpretación de sus actores la hace creíble, sin necesidad de sogas o baños de sangre.
Es difícil describir un montaje que ‘da la vuelta’ a un mito tan representado. Porque todas las palabras salen de los sentimientos que yo, como espectador, he disfrutado en cada escena del mismo. ¿Cuándo tendrá Miguel del Arco un montaje de estreno en Mérida en el Teatro Romano como director? Sabemos que se lo han pedido en varias ocasiones, se hace de rogar, pero los amantes al teatro le recibimos con los brazos abiertos porque es difícil descubrir sus propuestas sin que brote la emoción.
No se pierdan ‘Creonte’, perdón, ‘Antígona’...Si quieren descubrir la revisión de un mito que sigue manteniendo su vigencia en nuestros días, y que muestra el PODER y el AMOR en una lucha constante.