El Instituto Nacional de Estadística ha puesto hoy de manifiesto las claves que explican, a grandes rasgos, la pérdida de población en Extremadura en el año 2012, que según la estadística de residentes (no el Padrón) fue de 3.040 personas. A la vista de los datos provisionales, la principal conclusión es que casi el 60% de la reducción de habitantes en la región se debió al saldo vegetativo negativo, es decir, a que las defunciones superaron a los nacimientos. Esa diferencia supuso una disminución de 1.780 personas, como ya se supo el martes pasado con la publicación de los datos provisionales del movimiento natural de la población.
En cuanto a las migraciones, por primera vez en una década arrojaron una pérdida de población en Extremadura, tal como adelantamos la semana pasada en este blog. En concreto, 1.260 personas menos porque la emigración total fue mayor que la inmigración. Entrando más en detalle, el INE señala que esa disminución se concentró en las migraciones dentro de España, cuyo saldo fue negativo en 1.425 personas. En cambio, las migraciones con respecto al exterior aportaron un saldo positivo de 165 personas. Gráficamente, la aportación de cada uno de los saldos a la evolución de la población fue la siguiente:
Más en detalle, en este otro gráfico se observa la contribución de cada uno de los factores: nacimientos, defunciones y emigraciones e inmigraciones, tanto interiores (al resto del país) como exteriores (al extranjero).
Los datos de las migraciones son muy similares a los que hemos contado en Extremadura en Datos sobre la base de la Estadística de Variaciones Residenciales. La diferencia estriba en que, partiendo de esos datos, el INE aplica una serie de modificaciones técnicas, que apenas afectan al saldo interior (-1.425 en lugar de -1.403), pero sí reducen el saldo positivo exterior: en vez de una ganancia de 590 personas, apunta una de solo 165. Ello se debe a que corrige ligeramente al alza el saldo negativo de personas nacidas en España (se marcharon 231 más de las que volvieron, en vez de las 189 que salen de las variaciones residenciales), pero, sobre todo, reduce la ganancia de población originaria del extranjero, hasta dejarla en 396 personas, en lugar de 779. Lo que no detalla esta Estadística de Migraciones es cuántos de esos habitantes nacidos en España eran de Extremadura y cuántos de otras comunidades.
En comparación con otras comunidades, Galicia y Asturias son las únicas en las que el saldo vegetativo pesa aún más negativamente que en Extremadura: las defunciones determinan el 98,6% de los habitantes que ha perdido Galicia y el 82,4% en Asturias. El caso de Castilla y León es más parecido al extremeño, aunque allí ha pesado más el saldo migratorio en la reducción de población. El hecho de que el saldo vegetativo negativo tenga tanta relevancia en estas comunidades no es nuevo. El oeste peninsular arrastra desde hace décadas una tendencia a perder población porque los nacimientos no consiguen superar a las defunciones. Pasado el espejismo de los años de bonanza, que coincidieron con políticas públicas de apoyo económico a la natalidad (hay que recordar el célebre ‘cheque-bebé’) y una más o menos masiva llegada de inmigrantes extranjeros, el problema de fondo vuelve a ponerse de manifiesto en las provincias más occidentales del país.
Todos estos datos forman parte de un nuevo paquete estadístico que ha comenzado a elaborar el INE este año y que supone un avance tanto en la calidad como en la homogeneidad de sus datos, siguiendo las directrices establecidas por la Unión Europea. De hecho, es la primera vez que publica una estadística en la que la variación total de la población residente cuadra con los cambios que resultan de los nacimientos, las defunciones y los movimientos migratorios. Además, la población residente (que es la referencia a escala europea) se ha recalculado sobre la base del Censo de 2011, cuya nueva metodología hace que haya menos discrepancias con los datos del padrón oficial y así los periodistas y los ciudadanos en general nos volvamos menos locos cuando buscamos datos de población.
Según los datos de la nueva estadística denominada “Cifras de población”, Extremadura tenía 1.101.303 habitantes residentes a 1 de enero de 2013. Son, como ya hemos dicho, 3.040 menos que el año anterior. Normalmente estas estimaciones del INE estaban bastante por debajo de la población registrada en el padrón, pero ahora se han reducido mucho las diferencias. En 2012 había 1.108.130 personas empadronadas, mientras que las residentes se quedaban en 1.104.343. Lo curioso es que para 2013, estas estimaciones se sitúan por primera vez por encima del avance de la población empadronada que comunicó el INE en abril, que era de 1.100.139 personas. Esto nos hace pensar que, como comentamos aquí entonces, la pérdida de casi 8.000 habitantes en Extremadura apuntada por el padrón era excesiva y probablemente será corregida al alza a finales de año, tal como ocurrió en 2012.