Contemplando las tormentas desde mi ventanal, rodeada de truenos, relámpagos y viento silbante, no pude por menos que acordarme de un extraño ser hurdano hacedor de lluvias y tormentas, un duende que no es duende, sino gigante, y un negro que no es negro, sino tiznado. Les hablo del Duende Entignau, fumador empedernido y “empedernado”. […]