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Israel J. Espino

Extremadura Secreta

Las encantadas de San Juan

Ilustración: Borja González Hoyos/

 

 

Ilustración: Borja González Hoyos

Ilustración: Borja González Hoyos

Ya estamos de nuevo en la noche más pagana del año, en esa fecha mágica en la que las puertas del universo maravilloso se abren para inundar este mundo a golpe de prodigios. Y Extremadura, al igual que casi toda Europa, se convertirá durante la noche del 23 al 24 de junio en una tierra de fenómenos extraordinarios poblada por seres mágicos.

Ya hablamos en otra ocasión de los castillos encantados cuyas feéricas habitantes solo pueden contemplarse en la Noche de San Juan. También os conté las historias de las extrañas tiendas que montan las misteriosas moras a la entrada de las cuevas en esta noche, y os hemos adelantado (de nada, chicos) cuales son los pasos a seguir para haceros con la chica y con el tesoro y no perder la vida en el intento.

El paisaje extremeño se puebla de encantadas la noche de San Juan (Jimber)

El paisaje extremeño se puebla de encantadas la noche de San Juan (Jimber)

Os presentamos incluso a las moras encantadas que salen esta noche del fondo de los pozos, como La Velasca, y a las que viven en lagos, como las “Encantás” de Montijo. Sin embargo, y aunque no os lo creáis, aún quedan encantadas para rato.

Como la Cantamora, una joven árabe de voz hipnótica que habita en los restos de un colector romano abovedado, en las ruinas   de Talavera la Vieja, la antigua Augustóbriga, una ciudad romana inundada en la actualidad por el pantano de Valdecañas y que solo en ocasiones de sequía, cuando el nivel del agua desciende, deja ver sus blancos huesos de piedra y hasta algún que otro tesoro.

 La Cantamora, haciendo honor a su nombre, inmoviliza con sus dulces melodías a las personas, aves, reptiles y mamíferos que llegan a escucharla, como una sirena sin cola condenada a cantar únicamente en esta noche mágica.

Trujillo y su Berrocal (Marcos Otaño)

En otra cueva (oculta hasta esta noche), y esta vez en Trujillo, también habita una señora encantada y adivina a la que los enamorados pueden preguntar unan vez al año por su futuro. A las once y media de la noche del 23 de junio, la pareja debe acudir a la fuente de Santa Olalla y preguntar a la encantada si podrán casarse dentro del año. A las doce en punto se abrirán unas pizarras cercanas a la fuente y saldrá un carnero negro. Si topa por tres veces en las pizarras, la boda será un hecho.

Y si no tienen novia, pero quieren una (aunque sea encantada) no duden en acercarse esta noche a Berlanga, y comiencen a pasear, como quien no quiere la cosa, por las cercanías del pozo de la Mineta. Si las indicaciones de Publio Hurtado son correctas, les saldrá al paso una perrita negra. No se corten y síganla, porque no es otra que la perra de Pepa, una bella dama encantada que espera en las negras profundidades a que un caballero valiente la rescate.

La pobre Pepa se encuentra condenada en aquellas profundidades como pena a una supuesta infidelidad que su marido, un mago con bastante mala leche, decidió castigar arrojándola para siempre a la oscuridad del pozo seco, en donde, por si fuera poco, tiene que escuchar continuamente a una lechuza llamándola “fea” por toda la eternidad.

Con un castigo como ese y calculando el tiempo que la pobre lleva encerrada, ya le digo yo que por muy feo que sea usted, a la Pepa la tiene ganada.

Es lo que tiene San Juan, que reparte prodigios como si fueran pan.

 

 

 

 

 

 

 

Leyendas y creencias de una tierra mágica

Sobre el autor

Periodista especializada en antropología. Entre dioses y monstruos www.lavueltaalmundoen80mitos.com www.extremadurasecreta.com


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