“Extremen las medidas que garantizan el debido cumplimiento de la jornada establecida”. Este es uno de los párrafos de una carta que se ha enviado desde el Ministerio de Administraciones Públicas a los distintos departamentos de la Administración General del Estado para intentar “controlar” las protestas que hacemos los empleados públicos a las puertas de los centros de trabajo desde antes del verano.
Así que mañana, viernes de negro, tendremos que protestar con el cronómetro en la mano no vaya a ser que nos pasemos un solo segundo del tiempo que tenemos asignado para el desayuno y, encima, nos echen la bronca o se les ocurra abrirnos un expediente.
Pero vamos, que no se preocupen nuestros “altos jefes” que tenemos reloj, sabemos mirar la hora y en ningún momento dejaremos que el servicio público que prestamos resulte afectado por nuestras protestas. Así que no se ofusquen por “velar por el estricto cumplimiento del horario” que ya lo hacemos.
Eso sí, este viernes volveremos a vestirnos de negro: saldremos a las puertas de nuestros centros para recordarles que lo que nos han quitado es mucho; que ya hemos perdido un 30% de nuestro poder adquisitivo, que nos han recortado el sueldo, nos han quitado nuestra paga de Navidad, nos han suprimido días de asuntos propios, y para colmo, nos quitan un 50% de nuestro maltrecho sueldo por ponernos enfermos.
Esta carta sólo circula aún por las dependencias de la Administración General del Estado pero, ojo, que cuando “las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”.