Pedro Cañada (Calzadilla, 1936) es bien conocido en nuestra Comunidad por sus actividades políticas. Tal vez se conozca menos que elfundador de Extremadura Unida, secretario del partido regional AREX, consejero de Educación de la Junta y senador, ha sido también profesor d Filosofía en la Complutense y agregado de Instituto. Formado en las Uiversidades de Salamanca, Madrid y Friburgo, se doctoró con la tesis El derecho al error, que fue publicada por la prestigiosa editorial Herder. De sus profesores alemanes, guarda especial recuerdo de Iosef Bochenski. Este dominico polaco, célebre por sus estudios sobre historia y teoría de la lógica, profundamente anticomunista, es citado numerosas veces en la obra que presentamos.

“Entre Dios y la nada” parece establecer una situación radical. Según se repite en estas páginas, las personas han de elegir una de estas dos opciones: creer en un Ser trascendente, el único capaz de salvarlas (mantenerlas en el optimismo, la coherencia ideológica, las actitudes éticas y asegurarles otra vida tras la muerte del cuerpo) o perder todos esos valores, si eligen el ateísmo. “Un mundo sin Dios, al menos como expectativa, sería un infierno, reflexivamente insoportable” (pág. 25) . ” El porvenir del mundo y del hombre o está en Dios, o la ´nada` será nuestra heredera universal” (pág, 145). Ateniéndose a esta tesis, más que discutible, el autor se pregunta si puede demostrarse la existencia de este Salvador tan añorado. Tras repasar los argumentos de la teodicea tradicional, tanto los aprióricos como los a posteriori, analiza el hoy tan comentado principio antrópico, para deducir que el mismo viene a reducirse a la clásica prueba cosmológica o del orden del mundo: según los cálculos de la Física, el universo existe para que haya “vida inteligente”, lo que implicaría la previa realidad del gran Arquitecto.

Cañada concluye honestamente que resulta imposible demostrar a la luz de la razón la existencia de Dios. Ni tampoco lo contrario, según proclaman pensadores ateos, como Richard Dawkins, cuyas obras (‘El gen egoísta’, ‘El espejismo de Dios’, ‘El relojero ciego’, ‘El capellán del diablo’, ‘Escalando el monte imposible’) reciben aquí numerosas atenciones. Estaríamos, pues, en los mismos parámetros que condujeran a Unamuno – quizás el pensador más atendido en este ensayo – hasta “el sentimiento trágico de la vida”.

Si bien este es el núcleo de las reflexiones desarrolladas en las siete partes del libro, contando con el prólogo, cada una subdivididas en apuntes numéricamente marcados (estructura que nos recuerda el Tractatus de Wittgenstein, desde luego mucho más conciso), hay también numerosos apuntes sobre otros aspectos clásicos de la Filosofía:

– Ontológicos: en qué consiste la naturaleza de las cosas (si es existe), sobre todo a partir de las nociones impuestas por la Física cuántica.

– Epistemológicos: cómo se alcanza el conocimiento de la realidad; hasta qué punto son objetivos o más bien subjetivos nuestros saberes, teniendo en cuenta las enseñanzas de Kant, y cuáles son los límites de la razón humana, siempre en estrecha relación con el lenguaje.

– Sociológicos: qué implica la defensa de las libertades; hasta dónde se puede sostener la igualdad de los hombres todos; qué peso tienen sobre nuestra conducta los factores genéticos y los culturales.

– Éticos: cómo establecer una escala de valores aceptable para toda la humanidad y cuáles son las consecuencias que se derivan de los últimos avances de la ingeniería genética.

Con Pedro Cañada se puede discrepar filosóficamente, pero no discutirle el mérito de que se haya atrevido a pensar (“sapere aude”, recomendaba el maestro de Königsberg) y hacer públicas sus ideas, aunque admite la posibilidad de estar equivocado. No en balde reclama una y otra vez su derecho al error.

El Libro:

– Título: ‘Entre Dios y la nada’

– Autor: Pedro Cañada

– Editorial: Milenio Gráfico S.L.. Madrid, 2008