Con setenta cuatro años bien cumplidos, Miguel Sanz Vera (Aceuchal, octubre 1934) presume de ser uno de los autores noveles más viejos de España. Acaba de adquirir dicha categoría con la publicación de ‘Tiempos de olvido imposible’, su primera novela, publicada en Madrid, ciudad donde vive desde hace más de medio siglo. Cabe sospechar que en la decisión de ponerse a escribir estas memorias ha tenido no poca influencia su hermano Cándido, él sí autor de reconocida trayectoria literaria.
Ambos son «hijos de la guerra», personas cuya infancia hubo de conocer en propias carnes los acontecimientos desencadenados tras la sublevación franquista de 1936. La muerte del padre, católico practicante de ideas republicanas, otra víctima más de las terribles «depuraciones» que tuvieron lugar en tantas localidades surextremeñas, los dejó huérfanos y desvalidos. «Con estos fusilamientos se cumplían, una vez más, las crueles y sanguinarias órdenes del mando supremo de los señores de la guerra, ya convertidas en costumbre de pasar por las armas a los vencidos en lugar de hacerlos prisioneros» (pág. 136). Para ser justos, conviene decir que el autor también se hace eco de otras barbaridades cometidas por los milicianos en localidades próximas, como Berlanga o Azuaga. La madre decide volverse a Maguilla, pueblo del que eran originarios, para sacar adelante a aquellas criaturas con el apoyo familiar. Es ese periodo de infancia y adolescencia en el rincón donde un día vino al mundo Juan Uña, rector de la Institución Libre de Enseñanza (1883), el que aquí se evoca, concluyendo esta narración autobiográfica cuando el joven Miguel decide subir a la capital de España en búsqueda de horizontes más favorables.
No estamos ante una obra perfecta, pero se lee con la emoción que producen las páginas de un relato sincero, capaz de recomponer vívidamente épocas trágicas. El protagonista adopta la fórmula epistolar para exponerle a su mejor amigo los recuerdos que conserva; las explicaciones con que su madre, una mujer tan humilde como avispada, le iba iniciando en los entresijos de la sociedad española y la apoyatura que él irá encontrándose en libros como los de Hugh Thomas, Carlos Blanco Escolá, Francisco Espinosa, alabados generosamente. Tal vez la reproducción literal de numerosos pasajes de ‘La guerra civil española’, ‘Falacias de la guerra’ o ‘La columna de la muerte’ resulte lo menos feliz, desde el punto de vista novelístico. Como sobran quizá las abundantes disquisiciones de carácter histórico para defender una determinada interpretación de la guerra civil, por más que sea la que a la mayoría nos parece hoy indiscutible.
Sin embargo, cuando el escritor reconstruye sus vivencias personales y evoca el miedo generalizado, la hambruna agazapada en los hogares humildes, la prepotencia de los señoritos, las humillaciones de los trabajadores deseosos de ser contratados en la plaza pública o la casi milagrosa solidaridad superviviente pese a tanta miseria, es un narrador atractivo. Su prosa, cuidada y rica, se adorna a menudo con materiales del habla popular cuyos significados se explican en notas a pie de página. Por fortuna, no todo fue triste en la infancia de aquel muchacho, extraordinariamente inquieto y juguetón, que siempre se sintió protegido por el círculo familiar. Tuvo también un buen maestro de escuela merced al cual estudiaría por libre el bachillerato. La obra está dedicada «a mi padre, a quien no pude conocer, y a cuya muerte inicua se ha de atribuir la razón de este libro. A mi madre, que durante tantos años convivió con la herida de esa muerte», así como a un amigo del alma y al profesor antes mencionado.
Novela autobiográfica, de denuncia y testimonio, con clara proyección social e histórica, ‘Tiempos de olvido imposible’ nos merece respeto y gratitud.
El Libro:
– Título: ‘Tiempos de olvido imposible’
– Autor: Miguel Sanz Vera
– Editorial: Cultiva Comunicación. Madrid, 2008