José Emilio Burucúa (Buenos Aires, 1946) es profesor universitario de Historia en Argentina , a cuya Academia Nacional de Bellas Artes pertenece. Ha enseñado también en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y el Winter Scholar del Getty Research Institute. Codirige el Centro de Producción e Investigación en Conservación y Restauración Artística y Bibliográfica y cuenta con muy numerosas publicaciones, de las que cabe recordar Corderos y elefantes. Nuevos aportes acerca del problema de la modernidad clásica (2001), Historia, arte, cultura. De Aby Warburg a Carlo Ginzburg (2003) e Historia y ambivalencia. Ensayos sobre arte (2006). Parece oportuno evocarlo aquí para mejor leer esta nueva obra.
Como bien se sabe , el espíritu antisemita estaba especialmente activo en los países centroeuropeos durante la segunda mitad del XIX y principios del XX, sin que llegase a desaparecer ni siquiera tras el abominable Holocausto. Incluso las nuevas repúblicas comunistas se mostrarán bien poco acogedoras con los judíos. A la vez, no pocos de éstos, tocados por el sionismo o por el simple afán de supervivencia y mejora, habían iniciado incluso antes de 1939 la búsqueda de nuevos hogares: Francia, Norteamérica, Argentina, Brasil o los territorios donde más tarde iba a constituirse el Estado de Israel . Pocos pueblos del mundo sabrán de diásporas, voluntarias y sobre todo forzosas, más que el judío.
El escritor reconstruye ahora, en su complicado texto, el frondoso árbol de dos familias hebreas rumanas (B y S) entroncadas por el matrimonio de los dos personajes sobresalientes : Cecilia y Raúl. A partir del relato autobiográfico que el último compone al final de su agitada vida, Burucúa va elaborando esta “enciclopedia”, que rinde explícito homenaje a la más relevante de todas, la francesa del XVIII . Incluso antepone como preliminar orientador una paráfrasis del famoso Discurso que para la gran obra Ilustrada, “Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios”, elaborase D´Alembert por encargo de Diderot. Los nombres de los protagonistas irán apareciendo cual si de voces independientes se tratase, pero con los oportunos “links” para explicar las conexiones que vinculan las existencias de todos ellos. Sin apenas alguna excepción, estos hombres y mujeres (más aún las segundas) se distinguen por virtudes en no pocos casos excepcionales : inteligentes, tenaces, políglotas, , generosos, trabajadores, leales, tolerantes e incluso singular belleza y fortaleza físicas, afrontan con valentía el destino que zarandea y derrama por medio mundo a los que no perecen antes en las convulsiones sociales del pasado siglo. También entre los “goim” (los gentiles) se encontrarán personas del mismo calibre ético, como Carol, alto responsable del gobierno comunista de Rumanía, que los ayudará indefectiblemente, alejándose de las directrices de su propio partido. Por otra parte, tampoco Israel , hasta donde Cecilia y Raúl emigran en dos ocasiones, llegando a trabajar en un kibutz, será la añorada “tierra prometida”, que a la postre sí encontrarán en territorio argentino.
El autor, cuya devoción por escritores como Warburg, no se oculta, se sirve también con generosidad de elementos iconográficos (fotografías, sellos, carteles, etc.) para componer las teselas, bien distintas en cuanto a volumen y relevancia, de este magnífico mosaico, en el que por fuerza se generarán no pocas repeticiones. Como también se encontrarán numerosos rasgos léxicos de ese castellano que tan lindamente se habla en Argentina. Periférica, donde ya había aparecido otra obra de Burucúa, La imagen y la risa (2007), el mismo año que la editora extremeña recibió el Premio Nacional por sus labores, se apunta un nuevo éxito.
José Emilio Burucúa, Enciclopedia B-S. Cáceres, Periférica, 2011.