No resulta fácil ocuparse en pocas líneas de un volumen que se aproxima al millar y medio de páginas, con textos de autores plurales, aunque vinculados por el mismo enmarque sociopolítico. Si lo hacemos es porque, como en otras ocasiones, nuestro propósito no es tanto reseñar críticamente determinada obra, sino dar cuenta a los lectores de la publicación de libros cuya importancia nos resulta indiscutible. Tal es el caso de estos Diálogos españoles del Renacimiento, obra de enorme envergadura, en la que han intervenido notables especialistas concertados por Ana Vian Herrero. A ella se debe el amplio estudio preliminar que se adjunta, así como la extensa cronología para facilitar la contextualización de las obras aquí agavilladas. Por cierto, la responsable de la edición no oculta que “ el libro no existiría sin la propuesta de María José Vega en el tiempo que fue Directora literaria de la Fundación Biblioteca de Literatura Universal; tampoco sin su entusiasmo inteligente, su comprensión u su capacidad para minimizar los problemas que genera un libro extraordinariamente complejo” (CXCII). Cálido homenaje a la filóloga extremeña radicada en Cataluña.
Es bien conocido que fue Platón, acorde con el rechazo de su maestro Sócrates a la escritura, quien inventa y eleva a la categoría de canon la fórmula dialógica para construir sus obras. Así están labradas las del gran pensador, a cuya sombra sigue viviendo la cultura occidental. Resulta lógico que en el siglo XVI, cuando se generaliza la voluntad de que renazca el mundo clásico, los autores recurran al diálogo para estructurar así sus escritos. También en España, aunque muchas de estas creaciones continúen siendo casi desconocidas por los lectores comunes e incluso los especializados. Ahí reside la importancia de esta edición, que nos facilita la lectura de tan interesantes libros, siempre bajo la luz de algún experto en la materia.
Algunos de los autores aquí recogidos son primeras figuras de las letras castellanas. Otros, los más, pertenecen a ese notable grupo de “segundones” que, según resalta Carlos Sainz de la Maza en su introducción a Pedro de Mercado, uno de tales, “escriben, discuten y enseñan desde posiciones humanistas en la España del Renacimiento” (pág. 585). Se ha procurado, y yo creo que conseguido, ofrecer una muy oportuna representación de lo que esta prolífica especie literaria supuso. Las obras seleccionadas se reproducen con el mejor texto crítico, adjuntándoles un corto, pero suficiente preliminar biobibliográfico. Personalidades como Pedro Cátedra, Rosa Navarro , Antonio Castro , María Luisa Cerrón, José Antonio Lozano, José Luis Ocasar , Jesús Gallego y, por supuesto , Ana Vian garantizan la calidad de este trabajo colectivo.
Entre la treintena de títulos que aquí se recogen figuran varios de autores célebres (Diálogo de Mercurio y Carón, de Alfonso de Valdés; Diálogo de la dignidad del hombre, de Fernán Pérez de Oliva; Ingeniosa comparación entre lo antiguo y lo presente, de Cristóbal de Villalón), junto con otros apenas conocidos más que por los estudiosos de la época. Nos importa destacar los seis (dos se conservan incompletos) que introduce y anota Consolación Baranda Leturio, pertenecientes a Francisco López de Villalobos. Este médico zamorano ( 1474-1549), , hijo y nieto de galenos israelíes, también escritor fecundo, sirvió al Duque de Alba, al Conde de Benavente y a Fernando el Católico antes de instalarse (1525) durante algún tiempo con el marqués de Priego en Zafra, desde donde pasó a atender a Carlos V y la Emperatriz, hasta la muerte de ésta (1539). Todo lo cual no impediría haber tenido problemas con la Inquisición e incluso pasar varios meses en la cárcel. Dotado de un enorme (y peligroso) sentido del humor, fue capaz de recordarle a D. Fernando Álvarez de Toledo, el casi omnipotente Alba, que también por sus venas ducales corría sangre judía, la misma que, heredada de la judía Paloma de Guadalcanal (o Llerena), llevó también el mismo rey Católico.
Vian Herrero, Ana (ed.), Diálogos españoles del Renacimiento. Córdoba, Almuzara, 2010.