Natural de Cáceres (1970), licenciada en Derecho y máster en Psicosociología aplicada, Regidor es formadora ocupacional y trabaja como asesora jurídica y docente en proyectos de inserción sociolaboral. Estamos ante su primera novela publicada, un texto ambicioso que ha querido situar en la Salamanca de los años noventa del siglo veinte . Sus protagonistas son estudiantes universitarios, si bien la mayoría parecen preocuparse mucho más por conseguir las dosis diarias de droga y alcohol que por los estudios.
Así ocurre con el personaje principal, Lucrecia, alias, Lucky, matriculada en Bellas Artes. Comparte piso de alquiler con otras jóvenes no menos frívolas, esperando ilusamente algún príncipe azul que la ayude a superar sus complejos y
la mala relación con unos padres tan oscuros como generosos. Está dispuesta a recorrer cualquier sendero de los paraísos artificiales que tanto abundan a orillas del Tormes. Traicionada por Guille, su mejor amigo, a quien infligirá tremenda venganza, y sin conseguir establecer una relación sólida con Robert, el único capaz de redimirla, deduce que sólo le cabe una salida, el suicidio. Las drogas trerminarán de concluir con tan desmadejada existencia, aunque el milagro de la vida va a florecer en su vientre antes de fenecer. Como contrapunto a los permanentes desmadres estudiantiles, testigo asombrado y respetuoso de un mundo para ella inasequible, Mariángeles lucha tras la barra de un bar contra la violencia de un padre
abyecto..
Lo más notable en La piel del camaleón, junto a la facilidad de su autora para crear ambientes, es el desgarrado uso del lenguaje. Aunque se inicie con una verso de la Odisea (” ¿Cómo has bajado a la nebulosa oscuridad si estás vivo?”, canto XI, 155), lo que impresiona desde las primeras líneas es esa jerga juvenil a caballo entre lo escatológico, las deformaciones léxicas, el sexo provocador, las sustancias alucinógenas y los anglicismos de moda. A menudo, la novelista altera la cronología lógica de la narración apoyándose en recursos gráficos. Si más de una vez parece un relato excesivamene simple, o acaso perdido en necesarias digresiones, con innumerables caídas en laísmos y leísmos, esta obra novel, atractiva y compleja, nos induce a creer que estamos ante una escritora de indudable proyección.
Yolanda Regidor, La piel del camaleón. Arcopress, 2012