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Manuel Pecellín

Libre con Libros

ORTEGA Y GASSET

 

 

Ortega y Gasset fue seguramente el intelectual español más respetado durante la primera mitad del siglo XX.  Solo Unamuno, con quien mantendría sonadas polémicas, puede disputarle el puesto.  Los dos pensadores se harían eco del aniversario de Don Quijote  para difundir sus propias ideas al reclamo de la obra cervantina. Si el impulsivo rector de la Universidad de Salamanca dio a luz (1905) su inquietante Vida de Don Quijote y Sancho, correspondiendo a  la parte primera de la mejor novela española y aun mundial, el  joven catedrático de la Complutense respondió a la segunda (1914) con sus Meditaciones del Quijote.  Existe sin duda un claro nexo ideológico, antagónico si se quiere, entre ambas publicaciones.

Puede decirse que con este ensayo de Ortega (“ciencia menos la prueba explícita”, según él lo define) se iniciaba una carrera filosófica desconocida en nuestros exhaustos lares. Admirablemente bien escrita, con prosa   deslumbrante, su primera edición, cuidada por el mismo Juan R. Jiménez,  aparece en las Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, el 1914, año que da nombre a toda una generación y vería el estallido de la Primera Guerra Mundial.  Ortega introdujo  después no pocas innovaciones en el texto a lo largo de las nueve ediciones que conoció en vida, a las que se debe añadir la incluida en sus Obras completas póstumas (2004-2010).

Por todo ello cabe celebrar la que ahora presentamos, críticamente preparada por Javier Zamora Bonilla.  Consta de dos volúmenes.  Uno reproduce facsímil la princeps de Madrid (dedicada entonces a Ramiro de Maeztu, lo que desaparecería posteriormente, por discrepancias entre los dos personajes).  El otro recoge un estudio preliminar,  suscrito por el Dr. Zamora, más el extenso “apéndice de variantes”, que ha preparado José Ramón Carrianzo Ruiz valiéndose del programa de cotejo electrónico Collate 2.O. desarrollado por Peter Robinson en la Universidad de Oxford.

Inútil encarecer a estas alturas la obra pionera del filósofo madrileño. Aunque Ortega la presentase como un trabajo no terminado (en realidad incluye sólo lo que él llama “meditación preliminar” y “meditación primera”, sin que hubiese nunca otras posteriores),  constituye todo un adelanto de lo que más tarde serían las ideas claves orteguianas.  Aquí se avanzan ya iluminadores apuntes sobre  el concepto de filosofía (“ la ciencia general del amor”), el perspectivismo, la razón vital, el célebre “yo soy yo y mi circunstancias, y si no la salvo a ella no me salgo yo “ (págs. 43-44),  la supervivencia de los mitos,  la noción de cultura,  el origen y alcance del género novelístico, las contraposiciones fenómeno/númeno o razón versus experiencia, y tantos otros puntos seminales del pensamiento orteguiano.

Pero, a mi entender, el valor máximo de la obra lo constituyen el cúmulo de apuntes que Ortega propone sobre el ser y la identidad de España como nación. Enfrentándose al tópico de nuestra raíces latinas, este hombre, con años de estudios en Alemania, exige atender más cumplidamente a la herencia germana que también tiene su peso en la Península desde los celtíberos y  las invasiones “bárbaras”. Ocurre que esta “tierra de los antepasados”, según Kant nos definía, viene olvidándose desdeñosamente de todo un hontanar riquísimo, tal vez el más apto para  la regeneración del país. A quienes escriben contra “las nieblas germánicas”, incapaces quizás por pereza del ejercicio filosófico que supone comprenderlas y se refugian en las supuestas “claridades mediterráneas” – tantas veces, simples fuegos de artificio-, Ortega propone atender también a aquel otro legado. En efecto, “Italia, Francia (y) España están  anegadas de sangre germánica. Somos razas esencialmente impuras” (pág. 98).

Son también de enorme interés los comentarios de Ortega sobre el propio Quijote (menos numerosos de los que el título parece inducir),  así como sobre algunos escritores coetáneos: Azorín, Unamuno o Baroja, con quien recuerda un viaje realizado por la Sierra de Gata (pág. 88).

 

José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote. Madrid, Alianza Editorial, 2014

 

 

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