ELEGÍA | Libre con Libros - Blogs hoy.es >

Blogs

Manuel Pecellín

Libre con Libros

ELEGÍA

Hace dos años, al reseñar Esencia, un excelente ensayo que la autora publicase también en Isla de Siltolá, comenzábamos con la presentación aquí reproducida. La fecunda obra de Efi Cubero (Granja de Torrehermosa, 1949) se viene proyectando con similar pulcritud en tres dimensiones: la creación poética, el ensayo estético y el periodismo cultural. En todas hace galas de la misma pasión por el lenguaje, que la escritora cuida siempre al máximo, sin dimitir de la belleza formal en pro de la exactitud.

La escritora partió muy joven desde su pueblo hacia Barcelona, donde cursó estudios de Historia del Arte, Lengua y Literatura. Allí ha residido hasta que, hace algÚn tiempo, volvió a la Granja natal. Se trajo como bagaje numerosos poemarios, algunos ensayos y centenares de artículos en revistas americanas y españolas, para las que también entrevistó a una pléyade de personalidades (Joan Brossa, J.A. Goytisolo, Javier Cercas, Rafael Moneo, Lara Bosch, Andrés Sánchez Pascual, José Mª Valverde, Arnau Puig, Dulce Chacón, entre tantos), signo del respeto que se tiene ganado.

Solo inclasificable es la elegía compuesta al quedarse sin Alfonso, su compañero de toda la vida. Se trata de un único y gran poema, lógicamente dolorido y nostálgico, aunque la voz pudorosa, contenida, velada, opte por sugerir más que proclamar. Según desliza ya el título polisémico (junto con el guiño psicológico,  se alude a la pieza  en que no hay acompañamiento cantando, sino mera ejecución instrumental), las  cinco cadencias del libro se estructuran sobre referentes musicales: Acordes (I), Contrapunto (II), Allegro (III), Andante (IV) y Adagio (V). Como en todas las grandes creaciones del género, el ritmo va incrementándose hasta concluir de forma rotunda.  Los versos últimos, recogidos bajo el epígrafe  “Soledad”, resultan absolutamente conmovedores:

Hallar el corazón/del acontecimiento,/descorrer las cortinas/reivindicar el hecho/de que sigues aquí,/Para eludir la muerte/atestiguar la vida.

Aunque se le intuye cercano en todo momento, silencioso según fue su carácter, no es la figura del hombre perdido quien  más se nos aparece, sino la persona sumida en el dolor y los recuerdos, elegantemente sobrellevados, tras la muerte de aquel con quien tanto se comulgó. Se evocan los viajes conjuntos a lugares emblemáticos (Pompeya, Roma, Florencia, Londres); la estancias en la campiña surextremeña, entre los trigales encendidos, las encinas centenarias, la cal y los limoneros; las horas finales, con un “pacto” imposible: Aquel año fue un año de pasiones./Me abrazaba a su vida para infundirle vida/. Besaba cada por de su piel/hasta sellar el pacto que firmamos,/para que no escapase./Sus ojos que eran luz de un tiempo eterno/sobreviven en esta incertidumbre/mientras siguen en mí desde el dolor/soñando que otro plano nos reúna.

Solo inclasificable nos revela también otras muchas facetas de la escritora. Se autorretrata, se apasiona con el lenguaje, persigue y depura las palabras, trasmuta la anécdota personal en reflexión humanística, analiza sentimientos con la fría pulcritud del cirujano, reconoce en fin que el único remedio contra los infortunios radicales es, cuando el presente ya solo es pasado, consiste en replegarse sobre uno mismo.

Los versos de Efi Cubero se agavillan con idéntica intensidad en los breves manojos del haiku, como en los amplios territorios de los poemas extensos. La misma que se repite en versículos y prosas de alto voltaje lírico, con el escorzo de algún caligrama ocasional.

 

Efi Cubero, Solo inclasificable. Sevilla, La Isla de Siltolá, 2021.

 

 

 

 

 

Temas

Blog dedicado a la literatura de Manuel Pecellín

Sobre el autor