Francisco Gutiérrez Carbajo (Acehúche, Cáceres, 1948) es otro de los muchos intelectuales extremeños de la diáspora, que han sabido labrarse una extraordinaria carrera y casi son desconocidos en la región. Catedrático emérito de Literatura Española, fue decano de la Facultad de Filología en la UNED (1999-2007). Expresidente de la Asociación Española de Semiótica, ha ejercido como profesor invitado en universidades de Europa, África y América, a la vez que dirigía numerosos proyectos culturales. Miembro de la Academia de Artes Escénicas de España, es autor de 80 libros y casi dos centenares de artículos en prestigiosas revistas internacionales.
Entre sus títulos, que testimonian los variados intereses del investigador cacereño, cabe recordar Literatura y cine, La poesía del flamenco, La copla flamenca y la lírica de tipo popular, Movimientos y épocas literarias, Voces del 98, Relatos de Madrid o Tragedia y comedia en el teatro español actual, otro de los muchos que ha dedicado a las artes escénicas, especialidad en la que se le tiene como uno de los máximos especialistas.
Quienes sientan interés por tan extraordinario personaje, disfrutarán con su última entrega, Cómo tratar al médico, que prologa Antonio Vallejo, doctor y dramaturgo (también de raíces extremeñas), con estudio introductorio del escritor Luis Miguel Benito de Benito, médico y filósofo.
La obra se puede entender como ensayo (sobre la condición humana, la historia europea, la creación literaria e incluso la política internacional) y, sobre todo, como las memorias de alguien curtido, desde muy joven, en batallas miles. Hipocondríaco confeso, visitante contumaz de neurólogos, urólogos, neumólogos, cirujanos, osteópatas, cardiólogos, fisioterapeutas, acupuntores, radiólogos, dentistas, geriatras y tantos como han atendidos su mala salud de hierro, el minucioso relato, por orden cronológico, de las múltiples revisiones padecidas constituyen el núcleo de la narración. Añádanse otras experiencias hospitalarias como visitante de enfermos familiares o amigos, más las propias explicaciones que, en tanto cultivador de la Historia de la Medicina, adjunta según los males por él “padecidos” (caries, fimosis, tifus, hernias, gastritis, hemorroides, divertículos, colecistitis). A la vez, irán sumándose otras muchas referencias autobiográficas, que sin duda preferiríamos conocer con más detalles (sus luchas clandestinas contra la dictadura en grupos afectos al maoísmo, estancia en la cárcel, afiliación a partidos, labores solidarias en el Pozo del Tío Raimundo y el mítico colegio mayor San Juan Evangelista, simpatías políticas posteriores, planteamientos de madurez).
Interesantes como los apuntes sobre el discurrir vital de un hombre tan experimentado, son los referidos a personas con quienes hubo de relacionarse: el trágico destino de tío Alfonso Pérez, pastor que se quema en la lumbre del chozo de la dehesa, o los afanes del tío Chago, labriego en la raya lusoextremeña, por conocer Madrid y el mar, constituyen narraciones conmovedoras.
El memorialista alude a menudo a circunstancias, costumbres, expresiones personas y anécdotas de su pueblo natal (el de las célebres “Carantoñas”), así como a escritores extremeños (José María Valverde, Félix Grande, Martínez Mediero, Ignacio Morgado, Miguel Murillo, Salvador Calvo Muñoz, Basilio Rodríguez Cañada). Enamorado del cante jondo, reproduce con abundancia, según oportunidad del discurso, letras muy bien seleccionadas de seguiriyas, soleares, tientos y otros palos. Si reconoce haber tenido “una preocupación excesiva por su cuerpo” (pág. 270), este nuevo libro demuestra que, aunque a veces rozase los límites de la angustia, no le supuso óbice para desarrollar labores de enseñanza, investigación, escritura y difusión editorial, sin menoscabo de los múltiples compromisos que tuvo a bien asumir en su ya dilatada existencia.
Como anécdota curiosa, valga decir que Gutiérrez Carbajo es el marido de Clara Sánchez, la novelista recientemente nombrada miembro de la R. Academia Española.
Francisco Gutiérrez Carbajo, Cómo tratar al médico. Madrid, Pigmalión, 2022.