Mediados los sesenta del pasado siglo, yo finalizaba la licenciatura de Filosofía en la Complutense. Pertenecía a la HOAC y colaboraba con la editorial ZYX, lo que me permitió conocer a Teófilo Pérez Rey, miembro distinguido de ambas instituciones. Toma, me dijo cierto día, entregándome el volumen de la edición mexicana (1959) de la Forja de un rebelde. Para que conozcas a un paisano tuyo, prohibido en España. Desde entonces he sido un fiel lector de Arturo Barea, a quien dediqué el correspondiente capítulo en el tercer tomo de mi Literatura en Extremadura e hice publicar su colección de cuentos En el centro de la pista (Diputación de Badajoz, 1988). Fue en esta ciudad donde vino al mundo (1897), aunque lo habitual por entonces era hacerlo nacido en Madrid, ciertamente su lugar de residencia desde muy pronto, hasta que hubo de emprender el exilio (1938) vía Francia hasta Inglaterra. Aquí falleció (1957) y sus cenizas se arrojaron al viento. Pero la hoy muy deteriorada lápida que una buena amiga hizo labrar en el cementerio de Faringdon, condado de Oxford, sigue diciendo que Barea nació en Madrid. Resulta fácil verla por internet.
Lo comentaba con William Chislett poco antes de presentar en Badajoz (21 marzo 2023) la obra rescatada por iniciativa suya y que aquí reseñamos. Bajo el título Contra el fascismo, recoge por vez primera en español dos textos publicados originariamente en lengua inglesa (idioma que Barea apenas conocía): Struggle for the spanish soul (1941) y Spain in the post-war world (1945). La versión castellana se debe a Albino Santos. Chislott, que hoy luce con orgullo la nacionalidad española, fue el comisionario de exposición biobibliográfica “Arturo Barea. La ventana inglesa”, por encargo del Instituto Cervantes (Madrid/Badajoz 2018), suscribe el luminoso preámbulo.
“Ha hecho falta el tesón de un expatriado inglés en España, William Chislett (hoy luce con orgullo su nacionalidad española), para completar al cabo de muchos años el rescate de toda la obra de Arturo Barea, un exiliado español que encontró en Inglaterra una nueva patria hospitalaria. Hay algo estremecedor en este testimonio de un hombre que a pesar de su derrota en la Guerra Civil y la desolación del destierro supo mantener intacta la esperanza de un porvenir democrático para España”, ha escrito Antonio Muñoz Molina.
Lucha por el alma española, un ensayo de 150 páginas, cuyo manuscrito y primeras galeradas sufrieron peripecias novelísticas, pretendía difundir entre el público inglés la necesidad de terminar con el Gobierno de Franco. La dictadura impuesta a sangre y fuego por los militares rebeldes, con el apoyo de Alemania e Italia, más la no-intervención de las democracias occidentales (léanse Francia e Inglaterra), no solamente era lesiva para los más justos derechos del pueblo –se describe una España miserable- sino un claro peligro por el apoyo que a la causa nazi podía prestar en la recién iniciada II Guerra Mundial. Barea explica a su modo cómo fue posible el triunfo de los enemigos de II República (ver especialmente el capítulo IV, “La casta”), régimen al que no encuentra defecto alguno, salvo la desunión entre sus defensores. El propio Chislett destaca que el autor se dirige “a un lector izquierdista no demasiado sofisticado” (pág. 15). El mismo al que dedicaba sus charlas semanales desde la BBC bajo el seudónimo “Juan de Castilla”. (Durante la presentación en Badajoz, pudimos escuchar la única que se conserva entre varios centenares, groseramente destrozados por la célebre emisora).
No es raro que en esta literatura militante, compuesta con trazos gruesos en tan comprometida situación, lejos de las fuentes documentales, abunden los tópicos e incluso las imprecisiones y hasta los errores históricos (señalados por los editores en notas a pie de página). También los silencios. Redactado en primera persona, sobresale el convencimiento del escritor, que argumenta a menudo a partir de sus experiencias, adelantando muchas que también aparecerán en La forja de un rebelde.
España en el mundo de la posguerra se publicó recién terminada la II Guerra Mundial para exigir a los aliados que, tras la derrota de los nazis, terminasen con el régimen franquista. La Sociedad Fabiana, que lo publicó, presenta como panfleto este “Informe (70 páginas) elaborado por Ilsa y Arturo Barea para su comité de la Oficina Internacional”. Se reconoce, pues, la coautoría de la segunda esposa del escritor, la inteligente judía austríaca, a la que sin duda debe mucho más de lo reconocido. Ambos se conocieron y enamoraron en las oficinas de la censura de Prensa Extranjera en aquel Madrid del “no pasarán” y juntos van a vivir (y escribir) hasta los últimos días de Barea. (Ver la novela Telefónica de Ilsa). Los dos aducen aquí razones de carácter histórico, militar, político, económico y, sin duda, también éticos a favor de su tesis (delendus est Franco), que las potencias aliadas desecharán por sus propios intereses. Los españoles habrían de recorrer un largo y duro camino hasta la transición a la democracia. Ninguno de los dos esposos viviría para conocerla.
Arturo Barea, Contra el fascismo. Barcelona, Espasa, 2023.