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Manuel Pecellín

Libre con Libros

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

 

José María Pagador (Badajoz, 1948) es uno de los periodistas extremeños más reconocidos. Su marcada personalidad, pasión por la búsqueda del dato correcto, apoyo a las causas progresistas, defensa de la Comunidad, espíritu y excelente pluma han resultado bien perceptibles durante medio siglo en los medios con los que ha colaborado (Editorial Católica-Vocento, Grupo 16, Grupo Zeta, Cadena SER). Son los mismos caracteres impresos en las páginas del digital que ha fundado y dirige, Propronews.com. El éxito de la muestra recientemente organizada en Badajoz bajo el título AbeceImaginario, con casi 300 imágenes de la obra gráfica y la vida profesional del periodista (se publicó el oportuno catálogo) demuestra la importancia que el público concede a este profesional infatigable.

Amigo y mecenas de muchos escritores extremeños contemporáneos (véase su estudio en el volumen-homenaje a Luis Álvarez Lencero, ha poco publicado por la Fundación CB), Pagador es también autor de un rico acervo de poemarios, novelas, ensayos y ediciones ajenas, cuya nómina es fácilmente localizable en Internet. Practica también la pintura, la música y la fotografía, según hemos podido observar a lo largo de decenios en numerosas exposiciones. Pocos podrían suscribir más ajustadamente el dicho de Terencio: Homo sum, humani nihil a me alienum puto (Soy un hombre, nada humano me es ajeno).

 Las casi ochocientas páginas de Susana Leroy, su entrega última, constituyen palpable demostración de cuanto llevamos dicho. Escritas a partir de una historia real, narran las aventuras de dos personajes unidos en infeliz matrimonio, que a lo largo de dos lustros se ven inmersos en innumerables peripecias por multitud de mares y países de los cinco continentes. La complejidad de un relato compuesto sin someterse a la lógica espacio-temporal, con constantes feed-backs retrospectivos; la riqueza de vocabulario (sobresale el dominio del argot marinero); la exactitud de los datos históricos, geográficos y culturales (sin mengua de los recursos imaginativos); la brillantez de las descripciones paisajísticas, junto a la finura de los análisis sicológicos; el sabio manejo del suspense y el oportuno, aunque trágico, desenlace, impone una lectura atenta, de difícil sosiego.

Susana Leroy, joven gaditana, de origen galo, políglota, amante de la ornitología y el ballet, conoce y se entrega cierta noche a René Hubert, un maduro marino francés, herido por antiguos complejos, con el que inicia el más apasionado romance. Deciden vivirlo dentro de la lujosa goleta Pas de deux (guiño a la danza clásica), pronto convertirla en cruel prisión, donde el capitán da pronto riendas sueltas a sus vesanias, sin que la mujer encuentre fórmulas para eludirlas. Sólo aliviarán sus pesares los encuentros con otras desdichadas, cuya solidaridad resulta conmovedora. Cécile, hermana de la cruel suegra; Malika, la hermosa etíope sometida a esclavitud sexual, y lady Tennyson, esposa de un lord uxoricida, son tres modelos literarios. Entre los hombres, casi sólo un polizón chino y el generoso escocés resultan respetables.

La Pas de deux recorre rutas turísticas, que conducen al lector por multitud países costeros, descritos con extraordinaria lucidez y riqueza documental, donde la tripulación de la nao vive en ocasiones experiencias límites. Ninguna como la de pasar el cabo de Hornos (al fin frustrada), odisea que Hubert emprende sólo por su afán de convertirse  en “caphornier”, miembro de  Cofradía Internacional de los Capitanes del Cabo de Hornos (Amicale Internationale des Capitaines au Long Cours Cap horniers).

En lo que ha ido convirtiéndose a marchas rápidas es en un estúpido, execrable verdugo de la joven mujer, mucho más culta, sensible y soñadora, cuyo sometimiento se nos antoja incomprensible, más aún cuando su soñado paradigma era Juana de Arcos. Sólo la caída sobre cubierta de un albatros herido va a enseñarle la ruta de la liberación.  El ave que un día cantó Baudelaire, numerosas veces aquí evocada, es el símbolo que Sara Vial, la escritora amiga de Pablo Neruda, impuso emocionadamente.

Es Susana quien, en primera persona, asume todo el discurso narrativo, si bien en ocasiones múltiples su voz no es otra que la del propio autor. Novela de aventuras, con fuerte carga ideológica (alegatos contras dictadores, capitalistas sin escrúpulos, narcotraficantes y, sobre todo, violadores sexuales), Pagador declara en nota última: “En el mundo sigue habiendo millones de hogares donde los hombres maltratan sistemáticamente a las mujeres… Muchas de ellas mueren a manos de sus parejas, la mayoría después de años de torturas y sufrimiento. Esta novela fue escrita también para denunciar y combatir ese horror.

 

José María Pagador, Susana Leroy. Sevilla, Fundación Juan Manuel Lara, 2023.

 

 

 

 

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