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Manuel Pecellín

Libre con Libros

ASTRACÁN LUSITANO

 

 

Agustín Muñoz (Valle de la Serena, 1953) es un prototipo de médico humanista, interesado no solamente por las ciencias de la salud. Profesor de la UEX, especializado en enfermedades infecciosas, es una autoridad reconocida en el estudio y tratamiento de pandemias como el VIH o la COVID. Alternando sus labores profesionales, ha ido produciendo una obra literaria plural y extraordinariamente atractiva.

Justo cuando recibíamos la obra que aquí se reseña, nos llegaba el volumen Luis de Toro, un médico humanista en la Plasencia del siglo XVI (Cáceres, Diputación, 2025). Recoge las actas de los trabajos defendidos en las decimosegundas Jornadas de Humanismo, que organizó la R. Academia de Extremadura (Plasencia, noviembre 2023). Entre ellos, el que suscribe Agustín Muñoz, “El tifus exantemático. Las teorías y prácticas de Luis de Toro en el contexto de la medicina del siglo XVI”. Ejemplifica bien la rigurosa seriedad con la que el autor aborda sus investigaciones. Lo mismo cabe decir de otros libros suyos, como los que ha dedicado a la historia de los hospitales de Guadalupe o distintas catástrofes epidemiológicas (sífilis) y de sus numerosos artículos en revistas científicas e incluso de divulgación periódica (HOY, ABC, El Mundo, Periódico Extremadura).

Mucho más libre, aunque siempre atento a la veracidad, se muestra lógicamente en sus obras de creación. Entre las mismas cabe recordar relatos cortos (La dehesa de los Bidasoa); novelas (Venturas y desventuras de un pícaro sueco, Los galgos del Papa); cuentos (La chimenea del estrés) y, por lo que ahora nos atañe, textos dramáticos (Marco Aurelio, estrenado en la clausura de a 60ª edición del Teatro Clásico de Mérida, con representaciones también en Badajoz y Madrid; o Cayo César, de similar trayectoria).

Con matria Lusitania (ya la minúscula del título introduce sus múltiples transgresiones gramaticales) aborda otro tipo de teatro, en el que  el divertimento cómico prevalece sobre cualquier intención. Es verdad que la ulterior lectura permite intuir intencionalidades sociopolíticas allende el puro cachondeo (término que se repite en las enjundiosas, tal vez excesivas, acotaciones).

Los meros nombres que figuran como dramatis personae de este disparatado esperpento, astracán más bien, ponen sobre aviso. En las 21 escenas del acto único que lo estructuran discurren hombres y mujeres (bisexuales algunos) como Cornelio Cornalvo Macrón, gobernador imperial; Casta Eulalia, su esposa;  Cunilinguo, conspirador profesional; Custodio Rebaño, jefe de la cohorte “pecholata”; el médico Enemas Culonio; la secerdotisa Hostia; el Beato Illa; Verraco Litio Prepucio, también llamado Orquídeo, o Vidriato (sic), biznieto  del célebre pastor Lusitano, campesino que lidera el partido LPR (Lusitania Por la República).

La acción insurrecionaria se desarrolla durante la dominación de Roma entre Pax Augusta (supuestamente Badajoz) y Emérita Augusta (Mérida), ya entonces enfrentadas por los aires independentistas que en la primera vienen agitándose y de cuyo ridículo se mofa el autor. Este “prusés paxagustano” (pág. 101) constituye el núcleo de tan jocosa entrega.

Para incrementar las burlas, el autor no ha dudado  en servirse de referencias múltiples a situaciones actuales; ridiculizar abusos del habla inclusiva e introducir continuos chistes y juegos de lenguajes. Todo sirve con tal de hacer reír, aunque sea saltándose los imperativos cronológicos (v.c., aquellos romanos conocen el tomate y las alubias, antes de que llegasen de América). Sirviéndose de metátesis, paranomasias, aféresis, anfibológicas y distorsiones expresivas sin cuento, Muñoz hace hablar a sus estrafalarios protagonistas con una sorna despendolada. Al mismo tiempo que los coloca en situaciones de fuerte tensión, familiar, erótica o política, los induce a resolverlas con guiños a los momentos actuales. En numerosos casos, él mismo introduce graciosas anotaciones para aliviar la posible tensión originada por determinada cita, trasliteración o eco cultural más o menos evidentes. El humorístico ingenio del dramaturgo desborda sin tregua al lector de una comedieta que, probablemente, también funcionará sobre las tablas si encuentra director, actores y actrices adecuados.

 

Agustín Muñoz Sanz, matria Lusitania. Madrid, VdB, 2025

 

 

 

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