Le editorial sevillana MAD publica la colección EUDOFORMA, donde se propone rescatar las obras de los Reformadores españoles del siglo XVI. Es propósito muy de agradecer porque facilitará así la lectura de textos difícilmente asequibles y el conocimiento de autores que han sido silenciados o, peor aún, mal interpretados por la historiografía tradicional. Dígalo, si no, la injusta, aunque también imprescindible, Historia de los heterodoxos españoles compuesta por el joven Menéndez y Pelayo.
Abre esa prometedora colección el gran Casiodoro de Reina, un extremeño universal donde los haya, como bien dice el responsable de esta edición, Francisco Ruiz de Pablos, que traduce y comenta los tres trabajos aquí recogidos, además de ponerle un muy interesante estudio preliminar. No deja de sorprender que en un radio de escasos kilómetros, a la sombra de Tentudía, viniesen al mundo por la misma época hombres tan ilustres como Arias Montano, Rui López de Segura, Pedro de Valencia, -Cipriano de Valera o Casiodoro.
La vida de éste (Montemolín , c. 1520 – Frankfurt, 1594) parece casi una novela de aventuras, cuyas vicisitudes y labores testimonian la extraordinaria calidad humana e intelectual de quien, huyendo de su país para no ser quemado, se atreve a encararse en Ginebra con el todopoderoso Calvino y apostrofarle diciéndole: “ Vengo huyendo de las llamas de la Inquisición y percibo que aún humean las brasas donde hiciste perecer a Miguel Servet”. Desde entonces, el reformista español se ganaba otro implacable enemigo. Sin embargo, tras fatigas sin cuento, culminará una de las grandes obras de la filología hispana: traducir por primera vez al castellano el Antiguo y el Nuevo Testamento, según recoge su famosa Biblia del Oso (así llamada por el logotipo de cubierta). Es la misma que, con mínimos y en ocasiones perjudiciales retoques, siguen difundiendo las comunidades evangélicas por todo el mundo.
Mucho se discute si también fue el autor de otro libro extraordinario, Sanctae Inquisitionis hispanicae artes aliquot detectae ac palam traductae… Addidimus appendicis vice piorum quorumdam martyrum Christi elogia qui… inquisitores eos suis artibus perfidiae ac defectionis infamarin ( Algunas artes de la Santa Inqisición española…) , que apareció en Heidelberg (1567), firmado con el pseudónimo de Reginaldus Gonsalvius Montanus, el primer gran ataque público al Santo Tribunal, cuyas temibles actuaciones se analizan de forma pormenorizada. Francisco Ruiz se opone a conceder a Casiodoro la autoría, aunque reconoce honestamente que la similitud entre aquel texto y los recogidos en los más adelante citados “es muy marcada tanto en el plano morfosintáctico, como en el fonético, tropológico, de recursos estilísticos, etc. “ (pág. 19). A mayor abundancia, ofrece ejemplos múltiples de tales coincidencias.
El volumen incluye tres títulos. En primer lugar, el Prefacio que Casiodoro antepuso a su Biblia (Basilea, 1569), escrito en latín y firmado, por prudencia, únicamente con las abreviaturas C.R. Se adjunta también otro escrito que el extremeño, “estudiosos de la Teología”, según se proclama, publicó en Francfort (Imprenta de Nicolás Basse, 1573), la Exposición de la primera parte de l capítulo cuarto de Mateo para avisar a la Iglesia de Cristo de los peligros que se ciernen sobre los piadosos Ministros de la Palabra, frente a los que deben precaverse a tiempo. En esta pequeña elucubración sobresalen las críticas “por el dolor derivado de la pereza y bostezo vergonzosísimo de aquellos que hasta ahora han estado al frente de la Iglesia”.
Ahora bien, la parte nuclear del volumen es el Comentario al Evangelio de San Juan, estudio hermenéutico que Casiodoro diera a luz, en el mismo lugar año y establecimiento que el anterior. Redactado también en latín, constituye una rotunda apología de la divinidad de Cristo, donde se refutan las herejías que la negaron, sin omitir argumentos contra las religiones judía y musulmana.
Casiodoro de Reina, Comentario al Evangelio de San Juan. Sevilla, MAD, 2009.