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Manuel Pecellín

Libre con Libros

   REEDICIÓN (parcial) DE LA BIBLIA DEL OSO

 

La primera reivindicación pública de Casiodoro de Reina (Montemolín, c. 1520-Frankfort, 1594) como extraordinario personaje la hacíamos en la Gran Enciclopedia de Extremadura (tomo III, 1990), notablemente corregido y aumentado en un artículo de mis Pensadores extremeños (Badajoz, Universitas, 2001). Treinta años después, recuperada en buena medida su importancia para la teología y la literatura españolas –junto con Cervantes, es el autor de lengua castellana más leído-, se publicarían en nuestra Comunidad tres textos relevantes de dicho autor, el Comentario al Evangelio de San Juan; Capítulo IV de Mateo y el Prefacio a la Biblia del Oso (Almendralejo, R. Academia de Extremadura y otras, 2019).  Al extremeño Andrés Oyola las parcas nos lo arrebataron, no sin antes dejar dispuesta una edición de unas muy valiosas Cartas de Casiodoro de Reina (Sevilla, CIMPE, 2019), homenaje al gran humanista heterodoxo, para cuya preparación tuvo el apoyo de reconocidos expertos, como Francisco Ruiz de Pablos, Andrés Meesmer, Benjamín Marx y Guillermo Caravantes. Las I Jornadas de Historia de Monesterio (2019) y las IX Jornadas sobre Humanismo  en Extremadura estuvieron centradas en la persona y obras del primer traductor de la Biblia al español (1569). También su pueblo natal (las actas inquisitoriales dicen que vino al mundo en Montemolín) organizaría ese año homenaje, con dedicación de calle incluida, en honor del gran hombre, del que el villanovense Ricardo García esculpió busto, expuesto en Santiponce.

Detrás de estas y otras labores en pro de la memoria de Casiodoro, ha estado infatigable Emilio Monjo Bellido (Monesterio, 1953). Pastor de iglesia presbiteriana, doctorado en Filosofía y Letras con la tesis “Sola scriptura y el derecho de resistencia en la Reforma Calvinista”  dirige el CIMPE (Centro de Investigación y Memoria del Protestantismo Español), donde han ido viendo la luz tantas publicaciones, varias de su autoría, fundamentales para conocer a Lutero, Calvino, Melanchton y sus seguidores en la Península ibérica.

Monjo ha sido el encargado de editar, introducir y anotar este volumen para la ERE, cuyos responsables lo justifican así en apunte anónimo: “En el proceso de relectura de nuestra historia, y por tanto de una interpretación alternativa de aquellas figuras que resultan tutelares para entender el pasado, urge la vindicación de un panteón extremeño actualizado, que no niegue los nombres anteriores, pero sí encuentre otros muchos más cercanos a la sensibilidad contemporánea”.

En su extenso estudio preliminar (pp. 13-43), el editor establece los datos básicos del escriturista y teólogo protestante, bien contextualizados, con iluminándolos con las investigaciones más recientes sobre el mismo. De especial interés resultan sus apuntes sobre la “iglesia chiquita” formada a orilla del Betis,  con el monasterio de San Isidoro como epicentro, a la que pertenecerían personalidades tan deslumbrantes como Constantino de la Fuente, el doctor Egidio, Antonio del Corro, Cipriano de Varela, Francisca de Chaves, Francisco de Vargas, Francisca de Chaves o Casiodoro, perseguidos por el Santo Tribunal contra la herética depravación.

Recuérdese que si el extremeño fue una auténtica “bestia negra” para Felipe II, la Inquisición y la Iglesia Romana, su independencia de criterio y amor a la libertad lo indispuso también con no pocos reformadores. Monjo combina sabiamente el rigor del estudioso y la agilidad de estilo.

Para bien comprobar el de Casiodoro (recordemos las alabanzas  al respecto de Menéndez y Pelayo en la Historia de los heterodoxos españoles), basta leer los dos libros que aquí se reproducen de su Biblia del Oso: Jeremías, del Antiguo Testamento (vertido directamente del hebreo) y la Carta a los Romanos, del Nuevo Testamento (traducido del griego). Las dos lenguas dominaba el de Montemolín, cuyo origen “marrano” es probable (seguro el de su mujer, Anna, hija Abrevilles, comerciante judeoconverso de raíces hispanas). No se reproducen facsímiles, aunque se ha dejado el texto original, con leves modificaciones de la ortografía y diferente colocación gráfica, para facilitar la lectura, de las notas y comentarios explicativos dispuestos por Casiodoro. Las dos obras elegidas tienen un vínculo: en ambas se defiende que el Pueblo de Dios no necesita forzosamente templos, edificios religiosos o parafernalias externas para vivir la fe.

 

Casiodoro de Reina, Biblia del Oso (Jeremías y Epístola a los Romanos). Edición, introducción y notas de Emilio Monjo. Mérida, ERE, noviembre 2021.

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