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Manuel Pecellín

Libre con Libros

Describo lo que he visto

“Ojo avizor” es una buena metáfora para designar la actitud vigilante del periodista auténtico, que, ante todo, se propone percibir cuanto ocurre en su entorno. Si, además de no perder detalles, se adorna con capacidad para el análisis de los fenómenos observados, el mérito se acrecienta, mas aún si el abanico de sus intereses abarca zonas plurales, por ejemplo la política, la economía, el cine o el teatro y rehúye cualquier clase de dogmatismo , aunque no oculte las opciones propias. Finalmente, si sabe dar cuenta de todo ello con una prosa ágil y cuidada, no libre de humor, nos aproximamos al paradigma del oficio.

Que también esto parece haber sido el ideal en su trabajo para Ruiz de Gopegui parece fuera de dudas a cuantos siguen desde hace decenios los artículos de este hombre polifacético, que también ha desarrollado otras labores importantes fuera del periódico. Quienes deseen comprobarlo podrán ahora consultar los tres volúmenes donde el autor ha querido recoger buena parte de sus escritos en prensa, especialmente en el HOY de Badajoz.

Aquí vive desde 1966 y como redactor-jefe de dicho medio trabajará a partir de 1972, siendo también corresponsal de El País y de la revista El Público. En esta ciudad fundó (1972) el Cine Club del Centro Dramático. Años después (1978) pasa a dirigir los servicios informativos del Ministerio de Sanidad. Ha estado al frente del programa Extremadura Enclave 92 (1987-1997) y de la dirección general de Promoción Cultural de la Junta extremeña (1993-95). Perspectivas para sus análisis no le han faltado a Gopegui, que asumió otras muchas ocupaciones : presidencia de la Asociación de Periodistas de Extremadura, miembro del Festival del Teatro de Mérida, jurado de los premios “Extremadura a la creación”, concejal de Badajoz por el PSOE (2003-2007), asesor de la Fundación Academia Europea de Yuste, etc., etc.

El primer tomo (640 páginas) es una selección de lo que publicase entre 1975-1997. Conviene saber que no se incluyen los de asunto más directamente extremeños, ya antologados en una entrega anterior, Compromiso con Extremadura. Iniciados en agosto de 1975, con textos aparecidos en La Hoja del Lunes (algunos bromistas la llamaban “La Roja del Lunes”), adjunta un preliminar donde recuerda haber sufrido enojosas limitaciones, en las que entraban “la censura pura y dura, la sutil la presión empresaria y la propia autocensura”. No obstante, contando con la complicidad de los lectores, siempre se pueden decir más cosas de las que el Poder aprueba. La preocupación máxima del articulista parece ser luchar contra ese “muro del silencio” que fue levantándosedesde época antigua frente a todo lo relacionado con nuestra Región, así como apoyar los esfuerzos aquí desarrollados para erigir nuestra Autonomía.

El tomo segundo (600 páginas) recopila la selección de artículos correspondientes a 1998-2000. Pese a todo lo conseguido, que él reconoce, a Gopegui le seguía doliendo Extremadura, la dependencia aún del sector primario y su escasa industrialización, la política partidista (especialmente de la derecha), la escasez de recursos para encarar los poderes transferidos, el malestar de la educación, la crispación creciente en determinados sectores, el uso de distintas varas de medir, las tragedias ecológicas y otros males por desgracia no exclusivos de nuestra Comunidad.

El tercero y último abarca el periodo 2001-2010. El autor confiesa no sin orgullo: “Pese a los años, mi pensamiento en general ha permanecido inalterable”. Desde luego, sigue convencido de que cuando se invoca por mor de la seguridad hay que perder libertad, se inicia un camino peligroso que nunca se sabe dónde termina (pág. 163). Y advierte ya en octubre de 2001 de que “la clase política no goza de buena prensa, pese a que la generalización sea injusta” (pág. 165). Recomienda, días después, que “sería conveniente restaurar los pactos entre los grandes partidos para prever lo que se nos viene encima” (pág. 171). Muy numerosos son los pasajes en que demanda tolerancia cero con la xenofobia y la violencia de género; apuesta por la educación como el camino más seguro; abomina del olvido de la historia; demanda el cultivo de ideales o aboga a favor de la fraternidad universal. En resumen, el testimonio de un hombre que ha luchado honestamente por su tierra de adopción.

Luis Ángel Ruiz de Gopegui Santoyo, Ojo avizor, 3 vols. Badajoz, autoedición, 2011

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