No es fenómeno frecuente en el mundo de las letras españolas que un poemario alcance tan pronto el éxito de la reedición, según ha ocurrido con el que el extremeño escribiera y publicase en recuerdo de su hermana Lola, prematuramente desaparecida. Aparte otras de otras razones (la popularidad de ambos, uno y otro con amigos muy numerosos; el peso de un autor muy leído, periodista influyente, director de la Academia de Extremadura), ha pesado sin duda la extraordinaria calidad del libro. Como La semilla en la nieve, que Ángel Campos dedicara a su madre, o La cabellera de la shoah, compuesta por Félix Grande en memoria del holocausto, esta elegía quedará entre las grandes de su género.
Santiago Castelo (Granja de Torrehermosa, 1948) es uno de los escritores extremeños más justamenrte celebrados, con poemarios inolvidables, como Tierra en la carne, Memorial de ausencias (Premio Fastenrath) de la R. Academia Española), Monólogo de Lisboa, Cuaderno del veranop, Siurell, Al aire de su vuelo o Quilombo (Premio Extremadura a la Creación). Ninguno tan emocionante como éste.. La desaparición de alguien con quien siempre estuvo muy estrechamente unido, desgarraría los hondones todos del poeta, heridas acibaradas poco deespués por el fallecimiento del padre nonagenario (a quien se dedican también versos conmovedores). El poeta se sabe ya en primera línea frente a la Parca, “roto ya casi el navío” (fray Luis de León).
El autor sigue manejándose con la sinceridad, finura lingüística y riqueza métrica en él habituales , donde no faltan incluso sonetos de muy libre construcción. Abundan las imágenes de increíble belleza y son frecuentes las referencias a los grandes clásicos, sin excluir contemporáneos, desde Quevedo y fray Luis de León a Juan Ramón Jiménez o Francisco Brines.
La infancia compartida con Lola, los amigos comunes (algunos, visitados por la guadaña fatal), los rincones de la tierra patria, el paisanaje granjeños y ese paisaje de Extremadura – al que se llega siempre rumbo al ocaso, otra alusión a la muerte – son asímismo puntos ineludibles de la memoria dolorida.
José Miguel Santiago Castelo, La hermana muerta. Madrid, Vitruvio, 2011, 2ª