Nacido en Badajoz (1963), periodista, cinéfilo, autor de varios libros de poesía, cuentos y ensayo, jefe del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Badajoz y profesor asociado en el Área de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Extremadura, doctorado con una tesis sobre la llegada del cine sonoro a Badajoz y su repercusión en la sociedad badajocense de los años treinta, presidente desde 1992 de la Asociación de la Prensa de Badajoz, Cardoso es una personalidad casi inevitable del panorama mediático extremeño. Por fortuna, tantos compromisos no le impiden continuar madurando su obra poética. Lo vuelve a demostrar con el volumen Encerrado en una cáscara de nuez, título de resonancias shakesperianas, (“encerrado en una cáscara de nuez/me tendría por rey del espacio inifinito/si no fuera porque tengo malos sueños”, se lee en Hamlet),que agrupa tres obras bien distintas, aunque con ineludibles aires comunes.
La primera, Donde los gusanos se alimentan de escombros, es una evocación de la muerte, dejándose conducir por multitud de citas cuyos autores se han conmovido (¿quién no?) ante la presencia, más o menos próxima, de la dama de la guadaña. Los hay de todo tiempo y condición, sin excluir algunos bíblicos: A. Machado, Cioran, Borges, Góngora, Claudel, León Felipe, Heine, Kavafis, Horacio, Blas de Otero, Lorca, Cernuda, Celaya… son algunos nombres de esta rica nómina, que justamente encabeza el extremeño Fernando León. Los versos de Cardoso, con innumerables apoyaturas en la mitología grecolatina, se cargan también de neologismos e incluso expresiones de las jergas juveniles, enfatizando el “vermis sum et non homo” del salterio.
La parte segunda, Itinerarios de la insolencia, se construye en poemas muy extensos de arte mayor, que seguramente ganarían con más concisión e intensidad eexpresiva. El autor canta los caminos por donde él se conduce y busca antídotos contra la muerte. Ningunos tan eficaces como el culto a la palabra y la entrega al cuerpo de la mujer. Impregnado de un permente pesimismo, Cardoso todavía eencuentras ánimos para la crítica social e insiste en las contradicciones de nuestra éépoca. Baste leer los versos iniciales del poema “Historia del mundo contemporáneo” : ” Políticos que se mueren de rencor y soberbia./Periodistas que escriben sin ama y entre líneas./Gobernantes que no arrojan ni la toalla./hambrientos qque se mueren de hambre”.,..
Por último, “El tiempo del juego y las palabras”, obra bien distinta a las anteriores. Sus poemas son de corta entensión (hasta de un solo verso en ocasiones), todos dirigidos a la amada ausente, cuya persona va evocándose de forma pormenorizada, en sus componentes físicos (miradas, manos, ojos,labios, párpados, pelo, piel) y psicológicos (fantasías, sueños, juventud, historias, el alma misma). Los juegos gráficos, omnipresentes ahora, contribuyen a resaltar los contenidos. Concluye con el mejor y más extenso de todos, distribuido en cinco partes, anafóricamente iniciadas cada una con el pronombre “ella”. En definitiva, según sellara Goethe tras los pasos de Dante, es una vez más el eterno femenino quien nos dirige al cielo.
Juan Manuel Cardoso, Encerrado en una cáscara de nuez. Badajoz, autoedición, 2012