Catedrático de Literatura, Serrano Carijo (Valladolid, 1942) ejerció la docencia, hasta su jubilación, en diferentes Institutos de Segunda Enseñanza. Ha publicado un buen número de obras, entre las que cabe recordar Un paseo bajo la media luna. Almuñécar islámica (2007, 20013), La corte del Parnaso. Doce paseos literarios por Madrid (2007) o El humanismo en Andalucía (1492-1598) (2009). Como buen germanista, tiene en alemán, junto con Rolf Neuhaus , otros títulos sobre poetas españoles, con especial atención a los andalusíes.
Fue sin duda su estancia docente en Mérida lo que lo indujo a interesarse por la figura más famosa de la ciudad, la virgen Eulalia, joven patricia muerta durante la dominación romana (comienzos del siglo IV) y pronto convertida en uno de los grandes mitos del martirologio cristiano. El volumen a ella dedicado (362 páginas), con tanta documentación como lucidez y claridad expositiva, consta de dos partes: un estudio de los principales textos que diferentes autores han ido componiendo a lo largo de los siglos con la santa (Eulalia, Olalla, Oria, Eulária) como protagonista y la reedición crítica de todos ellos, vertidos al castellano los compuestos originariamente en latín. Federico García Lorca es la voz donde confluye esta tradición lírica, que en la pluma del andaluz alcanzará una de las máximas cumbres de la literatura. A él se le dedica lo sustancial del libro.
Es Prudencio quien inaugura la serie con el excelente Hymnus in honorem passionis Eulaliae Beatissimae Martyris (sea suyo o no el título). Serrano lo reproduce según la traducción realizada por A.M. Cayuela, jesuita que se propuso verter en endecasílabos blancos los pentásticos del de Calahorra. Sus dos largos centenares de versos se incluyen en el Peristéfanon , como un cálido homenaje a “la que habla bien” (significado griego de “Eulalia”). Serrano lo tiene por un poema épico martirial, cuyos entresijos, recursos e influencias literarias desmenuza sabiamente.
-El mismo tratamiento da a la Pasión de la santa y beatísima Eulalia, virgen y mártir de Cristo, torturada en la ciudad de Mérida bajo el legado de Calpurniano cuatro días antes de los idus de diciembre, redactada originalmente en latín el siglo VII y vertida al español por el propio Serrano.
-Fray Luis de Granada, que en sus días anduvo por Badajoz, dedicaría también a la mártir un atractivo texto en la obra De la introducción del símbolo de la fe, siendo la emeritense la protagonista del Aucto de Santa Eulalia. Este segundo se toma de la Colección de Autos, Farsas y Coloquios del Siglo XVI, preparada por Leo Rounet, si bien se la limpia de sus no escasos errores gramaticales y métricos.
Ahora bien, según dije, es Lorca quien ocupa la mayor parte del libro. Serrano, que recoge también ecos de la santita por tierras de Asturias (en bable) o Cataluña (atención a la supuesta segunda mártir homónima) y de los numerosos escritores emeritenses con poemas a Santa Eulalia (ninguno como Rafael Rufino Félix), no oculta su admiración por el genial granadino. Estudia especialmente la génesis y alcances del Romancero gitano, la obra (“putrefacta”, según Dalí) donde Lorca incluye el “Poema de Santa Olalla”, aparecido antes exento en la Revista de Occidente (1928), de donde aquí se transcribe, anotando las futuras variantes de la edición princeps. El análisis que se hace de estos 74 versos, cima de la poética lorquiana, es sencillamente magistral.
Dedicado a los alumnos del IES de Santa Eulalia de Mérida, cierra el libro un conjunto de apéndices (10), el último con la selecta bibliografía.
Jesús Serrano Garijo, De vírgenes, verdugos y poetas. El martirio de Santa Eulalia de Prudencio a García Lorca. Granada, Editorial Alhulia, 2014.