Puede resultarle dolorosa la noche a quien pasea sin rumbo ni techo por barrios marginales cuando los demás duermen; a quien escucha un cuplé sintiendo compartir los desgarrones cantados; a quien distribuye polvo blanco por bares y clubes, sabiéndose culpable; a quien pierde a su amor, segado por balas asesinas; a quien oculta su verdadero sexo para verse libre de imposiciones; a quien ha de huir una y otra vez del territorio acogedor, vuelto de pronto enemigo…Sí, “duele la noche” una y otra vez al personaje creado por la escritora extremeña, en la que ha puesto tanto de sí misma, con cuyos valores éticos parece identificarse sin duda, aunque sus propias circunstancias vitales difieran no poco de las de la protagonista, la joven Martín Conrado, una mujer disfrazada de hombre que lucha por huir hacia su futuro en los primeros años del siglo XX en distintos lugares, donde vivirá consecutivamente: pueblo rural, Barcelona, Madrid, (París), Berlín y La Habana.
Rebelándose ante la inminencia de un matrimonio impuesto, aún casi adolescente, huye desde su entorno campesino no identificado en una odisea que la conducirá, tras aventuras increíbles, a las aulas de la universidad berlinesa, donde comparte tertulia con el mismísimo Sigmund Freud y los debates del avanzado Institut für Sexualwissenschat. Antes tuvo ocasión de formarse en una botica del turbulento Raval de los años diez y veinte del anterior siglo; conocer a los líderes catalanes de la CNT, enfrentados a tiros con la patronal; ver el desarrollo de “La Canadiense”, tal vez la huelga más famosa del movimiento obrero español; participar en el narcotráfico de coca; tratar a los escritores de la bohemia castellana; seguir los primeros pasos del mismísimo Adolfo Hitler y toparse con un mafioso implacable, cuyos pistoleros segarán la vida de los hombres más queridos por Martín Conrado. Demasiados materiales quizá para una narración que alcanza así casi el medio millar de páginas.
Nacida en Aceuchal, Flores-Carretero se presenta como psicóloga, empresaria y escritora. Especializada en Psicología Clínica, dirige el Grupo Educativo Miguel de Motaigne, siendo responsable de su gestión pedagógica y la puesta en marcha de proyectos de innovación educativa. Es autora de otras dos novelas, Días de Sal (2008), thriller en el que una psicóloga descubre la infidelidad de su marido revelada por una de sus pacientes, y Piel de Agua (2010), ficción histórica con protagonistas femeninos, editada primero por Algaida y que Penguin lanzó posteriormente en Estados Unidos y Latinoamérica. Ambas han conocido un notable éxito de ventas on line.
El que cabe augurar a Duele la noche, a pesar de defectos bien perceptibles, como la acumulación de casualidades, que le dan un toque de excesiva inverosimilitud; el desajuste entre la capacidad lingüística del personaje y su elaborado discurso; frecuentes repeticiones próximas de un mismo término, fáciles de eliminar por sinonimia, o algún despiste, tal ese “Ginés de los Ríos” para nombrar al fundador de la ILE (pág. 267). Con todo, seguir el crecimiento humano, intelectual y sociopolítico de una mujer hecha a sí misma (tiene el generosísimo apoyo de un admirable boticario catalán) resulta tan emocionante como introducirse en los entresijos históricos de la Barcelona primisecular o del Berlín postbélico, donde el partido nazi está echando sus perversas raíces. Sin olvidar, desde luego, los numerosos pasajes en los que se diseccionan las motivaciones más eficaces de la conducta humana. Por algo la autora es profesional de la Psicología.
Estrella Flores-Carretero, Duele la noche. Sevilla, Algaida, 2016.