Coral Negro obtuvo el año 2003 el premio “Pascual Duarte”, que convoca el ayuntamiento de Torremejía, población surextremeña donde Cela situase su rompedora novela. Ignoramos por qué la de Manuel Jurado ha permanecido tanto tiempo sin ver la luz. Aparece ahora, publicada con una de las ayudas a la edición concedida por la Junta de Extremadura, merced a los buenos oficios de la editorial emeritense que dirige Marino González, a mi parecer las más dinámica , junto con Periférica, de cuantas funcionan en nuestra Comunidad desde el ámbito privado. (Seguimos añorando la reactivación de Universitas Editorial).
Manuel Jurado (Sevilla, 1942) es un autor bien conocido en Extremadura, tierra con la que guarda no pocos vínculos y donde ya obtuvo otros galardones literarios . Profesor, poeta, ensayista, dramaturgo y crítico, con importantes premios en su haber, no desdeña las incursiones en el campo narrativo. Recordemos que su obra El bebedor de bourbon le merecería el Premio de Extremadura a la Creación 1995 “José Antonio Gabriel y Galán” y fue publicada por la ERE.
Coral Negro viene a certificar nuevamente el dominio del lenguaje que el escritor andaluz exhibe. Porque por encima de la compleja estructura del relato, la acertada ambientación y la gracia de muchos de sus personajes, lo que sobresale en este cuidado texto es la riqueza terminológica, acorde con el carácter de los múltiples protagonistas (militares, clérigos, hombres de letra, médicos, ingenieros, mambises rebeldes, damas de la alta sociedad…). Incluso se recurre ocasionalmente a expresiones dialectales y se piden préstamos a la poesía de tradición oral, que tan asombrosos aciertos encierra. El culmen lo pone Milagros, una criada irónica, capaz de expresarse correctamente en italiano y latín.
Manuel Jurado ha querido componer un fresco de la España que a finales del XIX tocó mínimos sociológicos, con la pérdida de sus últimas colonias (más bien, provincias de ultramar). Para ello contrapone la situación que se vivía en Cuba, desgarrada por los enfrentamientos entre revolucionarios independentistas y las fuerzas de la metrópolis (más la frustración de los bienintencionados “autonomistas”), mientras en la Península se vive sin pulso, más atentos sus intelectuales a polémicas frívolas que a la hecatombe inminente. En esa línea, los debates sobre el Modernismo y las ridículas actuaciones de tantos de sus cultivadores constituyen uno de los argumentos más atinados de la novela. Esto permite numerosas consideraciones metaliterarias y poner en solfa a instituciones o personajes (“la grey sevillana del verso”, tal vez transferible a otras actuales) que, si jóvenes, ya “huelen a sarcófago Romano” ( pág. 102). Solamente el movimiento anarquista, trágico y convulso, tan vivo en los lugares andaluces por donde discurre la narración (Cádiz), parece rehuir las frivolidades coetáneas, aunque los seguidores de Kropotkin y Bakunin no alcancen mucha presencia en estas páginas.
Iniciada con un terrible asesinato, que urden las fuerzas conservadoras para frenar el movimiento independentista (libro I), Coral y Negro no mantiene en los otros tres la enorme tensión del principio y va diluyéndose según avanza, pero sin perder del todo su pulso narrativo ni el interés que convocan sus cuadros sociológicos tan bien dispuestos.
El libro
Título: ‘Coral Negro’
Autor: Manuel Jurado López
Editorial: De la Luna Libros, Mérida 2009