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Marcos Ripalda

De subir a la montaña me canso

El rescate

Cuando pagaron el rescate esperaban que les devolviesen a su hijo sano y salvo, pero en lugar del hijo lo que les devolvieron fue una abuela con tendencias maníaco-depresivas que los tenía fritos, sobre todo cuando le daba por saltar en mitad de la noche sobre el colchón de uno cincuenta que compartían. A pesar de que lo que han pagado por el rescate no les ha devuelto a su hijo, han decidido darle una oportunidad a la vieja, que sale puntualmente de casa a las 7.35 para sentarse y quedarse dormida inmediatamente en la parada del autobús, mientras los demás niños se suben en dirección al colegio de la zona. El autobús de ruta de la escuela deja a Simón, que ahora también es hermano de la abuela, en la parada a las 14.10, y la abuela, hecha un ovillo, sigue ahí, así que Simón tiene que despertarla y, aunque de la parada a la casa hay apenas quince metros, la vieja se toma sus buenos cinco minutos para incorporarse y ponerse en marcha.
La abuela, con los años, se hizo mucho más vieja, y en su graduación la aplaudieron a rabiar sus padres hasta que le vino un hipo raro y la diño. Los padres, que se han vuelto ahorradores compulsivos desde que tuvieron que aflojar para lo del rescate, han decidido pedirle a los secuestradores que les devuelvan el importe de dicho rescate más los intereses, pues la vieja ha tenido una vida tan breve que, “las semillas educativas que se le han inoculado”, se puede leer en la poética nota que han enviado, “no han madurado en frutos reales que podamos disfrutar como sufridos padres que somos”. O sea, que si estos padres invirtieron tiempo y dinero, aunque fuese en una vieja inútil, es porque querían que su esfuerzo y, sobre todo, el dinero empleado, se multiplicase y el niño, bueno, la vieja, tenía que haber destacado, con no más de 25 años, esa era la idea inicial, en algo que les permitiese ganar montones de billetes con los que adquirir una de esas mansiones con criados que poseen los que salen en las revistas de famosos. Los secuestradores, por su parte, se han mostrado reticentes porque le han cogido cariño al adolescente que duerme la mona en el sofá-nido que le regalaron por aprobar Educación Física, aunque suspendiera todas las demás asignaturas, más que nada porque no podían seguir ocultándolo en el armario.

Responsable de Diseño en el Diario Hoy de Extremadura desde 2012. Escritor de relatos breves donde aplico la máxima de la Escuela Postirónica: "Hablar de unas cosas para decir otras" . Soy consciente de mi ignorancia.

Sobre el autor

MARCOS RIPALDA es licenciado en Periodismo, diseñador gráfico y cuentista postirónico, término que él mismo acuñó con el beneplácito de su madre. Actualmente es el responsable de Diseño del diario HOY. CARMURA LENTEJA es ilustradora.


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