Le ofreces otra copa de vino porque dentro de unos minutos le estarás diciendo adiós y te subirás a un taxi y en el aeropuerto comprarás un detalle, algo no necesariamente caro, y al llegar a casa le dirás a tu mujer que la convención fue aburrida pero que el hotel merecía sus cuatro estrellas, y ella te dirá que los niños duermen, ven, cuéntame, y te ofrecerá una copa de vino mientras yo me acabo la botella que compraste en la tienda de abajo, un petite syrah, un vino oscuro e intenso, ideal para acompañarlo con carnes de caza.