Pacorro soñaba desde pequeño con mandar. Ésa era su vocación y para ello se formó. Hijo de buena familia, estudió en colegios business y se licenció en una de esas universidades privadas que ponen el título en inglés.
Los contactos no tardaron en encontrarle un puesto relevante en una sucursal bancaria del centro de la ciudad. Sin embargo, Pacorro anhelaba más poder, soñaba con mandar de forma más representativa en la ciudad.
Una noche de cena familiar, planteó esta inquietud a su padre, que no tardó en hacer un par de llamadas y conseguirle un puesto de importancia en una cofradía. “Sólo tendrás que apuntarte e ir a representar.”
Ahora Pacorro sí que es un líder de verdad. Puede que desconozca el nombre de la cofradía que comanda, pero en cada nueva primavera todos son testigos de su poder omnímodo.
Buscaba Pacorro en las universities lo que en la vara encontró.