Recreación de la batalla final junto a las ruinas de Fort Napoleón. :: E.G.R.

E.G.R. | Con la escenificación por parte de los propios vecinos de la toma de Fort Napoleón por parte de las tropas inglesas concluyó la novena edición de la Ruta de los Ingleses, que en esta ocasión ha contado con la participación de más de medio millar de personas, pues los organizadores decidieron limitar el número de inscripciones. Además, la climatología respetó el paso de la comitiva, sobre las que apenas cayeron unas tímidas gotas de agua.

De ahí la satisfacción de los ayuntamientos organizadores, los de Romangordo y Casas de Miravete respectivamente. La alcaldesa del primero, Rosario Cordero, explicaba que finalmente habían tomado parte 525 personas llegados desde diversos puntos de Extremadura y otras comunidades autónomas. «La valoración es muy positiva, toda ha salido muy bien y además la lluvia nos ha permitido acabar bien», manifestaba.

Tan solo un incidente pudo empeñar la celebración. Tras una de las recreaciones uno de los vecinos, que encarnaba al general Hill, sufrió un infarto, si bien fue atendido por un equipo sanitario y trasladado al hospital de Plasencia, encontrándose fuera de peligro. Este hecho lo comunicaba la propia alcaldesa en el transcurso de la comida que ponía punto final a la ruta, reconociendo el trabajo de todo el municipio y lo mucho que se han involucrado buen número de vecinos para que este evento sea todo un éxito, como viene ocurriendo.

Cronología

No obstante los actos conmemorativos de tan importante hazaña bélica, decisiva para el desenlace de la Guerra de la Independencia, comenzaron a las ocho y media de la tarde del viernes con el izado de banderas de los países contendientes. A primera hora de la mañana del sábado los primeros senderistas comenzaron a llegar a Casas de Miravete, donde dieron cuenta de un buen desayuno. Y de ahí trasladados en autobús a las cercanías de la Ventilla del Camionero, en la otra vertiente del puerto de Miravete, donde tuvo lugar la primera escenificación pasadas las nueve de la mañana. Un grupo de soldados, comandados por el general Rowland Hill, recibían las primeras instrucciones sobre la misión que deberían llevar a cabo, llegar hasta Fort Napoleón aprovechando el apoyo y ayuda de los lugareños por un lado y el factor sorpresa por otro. «Sus cañones servirán de poco en distancias cortas, donde deberemos usar las bayonetas», arengaba el general a sus hombres. De primera mano los senderistas pudieron conocer la importancia de la campaña, al tratarse Fort Napoleón de una ubicación de gran valor estratégico al controlar el único paso que existía en la zona sobre el río Tajo.

Entonces partió la comitiva para salvar, en primer lugar, la sierra de Miravete y con ella importantes desniveles. Tras un avituallamiento llegaron a Romangordo, en cuya plaza tuvo lugar una nueva puesta en escena, concluyendo con la entrega de la insignia Sable de Oro al abogado Javier Gonzalo, que representó al municipio en un reciente proceso judicial que supondrá importantes ingresos para las arcas romangordeñas.

El último tramo de la ruta llevó a los participantes hasta el alto en que se ubicaba Fort Napoleón, hoy en ruinas. Allí franceses e ingleses lucharon hasta la derrota de los primeros, en una actuación que arrancó la ovación de los presentes. Finalmente, fuera de las actuaciones, se tributó un homenaje a los soldados caídos en la batalla acaecida hace dos siglos.

Más actos en Romangordo

Con posterioridad la actividad se trasladó al casco urbano de Romangordo, ya organizado por este Ayuntamiento, con un desfile de tropas, recreación de escaramuzas por las calles, cuentacuentos y un baile de gala goyesco. El programa concluye hoy con la segunda edición de la versión ecuestre de la misma ruta y la clausura de la exposición fotográfica del Bicentenario de la Ruta.