LA OBRA:
Con ‘Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano’ triunfa la palabra en estado más puro. Es uno de esos montajes que necesitas ver varias veces, con un bolígrafo y una libreta donde apuntar cada una de las frases que se reparten entre las caveas del Teatro Romano. La sencillez propuesta por Paco Azorín en su escenografía y la dirección limpia de Mario Gas, convierten a este montaje en un nuevo ‘hito’ en la historia del Festival de Mérida.
El montaje que comienza igual que acaba, utilizando este recurso teatral que te atrapa desde el primer minuto, cual clase de hipnosis, es un alarde del argumentario filosófico de Sócrates. Es una obra que no necesita colocar el cojín en la espalda, porque los monólogos te absorben de forma constante durante los 90 minutos que dura el espectáculo. Además el público emeritense juega un papel esencial: Es a ellos a quien se dirige cada una de las palabras de los protagonistas. Es al público de las caveas a quien se interpela constantemente. Y es el público del Teatro Romano una parte más de la escenografía, puesto que Gas ha decidido iluminar el graderío de forma constante casi durante toda la representación.
“Sólo hay un bien: La Sabiduría. Y un mal: La Ignorancia”…El cuerpo de actores, que realizan las veces de coro griego e interpretan los papeles de hijos “amigos y enemigos” del filósofo, transmiten cada palabra con una rotundidad que en ocasiones acongoja. Incluso sientes frío, más allá de la brisa que corre en esta loma emeritense, frío que impacta por la necedad del pueblo ateniense condenando a Sócrates a morir por cicuta. Y frío que es transmitido por la iluminación blanca y azul que predomina en todo el montaje…Han pasado 2.400 años de su muerte, pero cada día “matamos” “condenamos” “juzgamos” a tantos por lo mismo….
José María Pou alcanza con este papel la cima de su carrera. No le vamos a descubrir ahora, pero es cierto que al interpretar a un personaje cercano a la edad real del actor, otorga al personaje más credibilidad y una madurez difícil de igualar. Es creíble desde el primer minuto. Incluso cuando le pide a los presentes que apaguen sus teléfonos móviles…Una licencia que choca, pero que es aplaudida por el respetable...”Le haremos un favor al teatro”. Respeto por las ideas diferentes, respeto por el trabajo, respeto por un modo de vida…El montaje de Mario Gas es un cántico al respeto y la empatía en nuestra sociedad y en la griega…
Protagonismo a la sencillez, a la palabra. Grande Amparo Pamplona que 17 años después vuelve al Teatro Romano, y lo hace recibiendo las mayores ovaciones. Con su voz rotunda permite que descubramos el perfil más familiar del protagonista y pone el toque femenino a un montaje donde el hombre es el referente, como así marcaban las leyes atenienses: Las mujeres no eran consideradas ‘ciudadanos’.
Mario Gas y Alberto Iglesias han creado un texto para que sea repetido muchas veces en todos los escenarios del país. Aunque representado en el Teatro Romano de Mérida adquiere más significado.
LO MEJOR:
LO PEOR: