Después de los excesos de las Navidades, te vendrá bien comer piña. Incluida en muchas dietas por su bajo valor calórico, también la caracteriza su alto contenido en fibra, sus propiedades diuréticas y contra el estreñimiento. Además, contribuye a reducir el colesterol. Para beneficiarte de todas su propiedades, consúmela fresca, en su jugo o en almíbar. A la hora de comprar una piña fresca, fíjate que las hojas tengan un buen color y, si puedes, arranca una del centro. Si se desprende con facilidad, la fruta está en su punto. Además de fresca, en el mercado la puedes encontrar envasada en rodajas o trozos y deshidratada. También encuentras su jugo, que se obtiene a partir de la trituración de los trozos de fruta fresca, y el néctar, que se consigue de la mezcla del jugo con una cantidad de sólidos de la fruta. Además, venden su pulpa, jaleas, mermeladas y su vinagre.