Cuando se acercan las fiestas de tu localidad, siempre hay una frase que se repite de forma constante: “¿Este año vendrá la noria?”. Responde esta pregunta al lado romántico que sobre los parques de atracciones hemos tenido siempre. Con la noria como elemento indispensable que dibuja un paisaje festivo que todos guardamos en nuestras retinas. Y aunque se trate de uno de los ‘cacharritos’ más aburridos y simples, si falta la noria parece que no estamos en feria.
Bueno pues, algo parecido ocurre con Rafael Álvarez, el Brujo, en el Festival de Mérida. Desde hace meses, incluso cuando se presentó la programación de la 59 edición, los emeritenses preguntaban “¿Viene el Brujo este año?”. Pues sí, llegó y venció. Porque es de los pocos cómicos españoles que sigue llenando teatros y que gusta a un público que habitualmente no consume teatro, pero que el Brujo ‘le pirra’.
La fórmula del ‘juglar’ es de sobra conocida, y creo que precisamente esto es su punto flaco. Hemos visto al actor en multitud de ocasiones en Extremadura utilizando una forma de hacer teatro que va perdiendo fuelle con cada montaje. Al menos, éste último, me parece tedioso. Incluso si no fuera por los ‘gags’ que realiza sobre la actualidad política, la historia quedaría pobre. Mérito del cómico: el haber conseguido poner en pie por primera vez en la historia el texto de Apuleyo. Pero lo hace denso. En su estreno hubo opiniones para todos los gustos. La mayoría coincidía en la extensión del montaje: muy largo, y a veces, carente de ritmo. Sí, de ritmo, lo que mejor maneja el Brujo, pero con ‘El asno de oro’ parece que va al ‘ralentí’.
Esto no deja de ser la crónica de un estreno. La esencia del actor es ir creciendo pase tras pase. Nunca su representación es igual a la del día anterior. La prensa extremeña salió con una sensación de desazón del estreno. “Nos esperábamos más”, “Qué larga…pero al público le encanta” “Me he perdido el desarrollo de la historia en varias ocasiones”…No dejan de ser opiniones más, pero de aquellos que luego tienen que contar a los extremeños lo que van a ver.
Aunque El Brujo puede estar tranquilo. Se espera lleno absoluto para viernes y sábado. Y una entrada que salve la taquilla y los números de un Festival que debe conjugar calidad con cantidad…eterno debate. Algunos se preguntaban si Álvarez vendrá también en la 60 edición, el próximo año. Parece lejana, ya que lleva dos años seguidos viniendo a Mérida donde le acogen como en su casa. Pero si regresa, estoy convencido que le debe dar una vuelta a la fórmula de monologuista con percusión de acompañamiento para los golpes de efecto…Su liderazgo en el teatro es indiscutible. Quizás, y como propuesta al aire, podría formar parte del cartel de un montaje junto a más artistas…quizás, quizás, quizás.