Los “encantos” extremeños tienen la mala costumbre de ponernos las cosas difíciles. Claro que, si fuera fácil desencantarlos, a estas alturas no quedaría ninguno, y nuestros campos, fuentes y dehesas quedarían huérfanos de magia y desiertos de chispa. Muchas veces los encantos (debe ser por todos los siglos de soledad que llevan a cuestas) nos […]