Ya hablamos en otra ocasión de Las Casas de Miedo extremeñas: Hoy vamos a visitar otras mas agradables, pero no menos misteriosas… las Casas del Tesoro.
Quizás la más conocida sea la “Casa del Tesoro” de Cáceres, una mansión con algo más que historia que albergó no solo un tesoro intelectual, sino que se supone que aún guarda en su interior un fabuloso tesoro dentro de varios cantaros de barro.
Para conocer el origen de la leyenda tenemos que remontarnos al siglo XIV, cuando en una casona cercana a la Plaza Mayor vivían los Cohen, una acomodada familia hebrea a la que los Reyes Católicos expulsan sin contemplaciones en el siglo XV. Los Cohen, como muchas otras familias judías, pensando que volverían y ante el temor de ser robados por el camino, deciden esconder en la misma casa una importante cantidad de dinero en dos cantaros, además de libros, piezas de sedas y algunos documentos.
Pero los Cohen, como otra muchos extremeños, no volvieron, y el tiempo cubrió con el hollín de una carbonería sus vetustos muros, hasta que un siglo después la duquesa de Fernan Nuñez decide construirse una mansión, edificando, como era costumbre, sobre los muros y los pozos de la casa anterior.
En el año 1881 la casona es comprada por nuestro querido investigador Publio Hurtado, recopilador extraordinario de leyendas y saberes antiguos, quien sabe si atraído por las consejas del tesoro, y en ella vivieron sus descendientes hasta los años 60, década en la que aparecieron varios objetos ocultos en una estancia, entre los que destacabann varias piezas de tela y sedas que se deshicieron al tocarlas, pero que no hicieron mas que aportar más hilo al paño de la leyenda.
En 1991 el ayuntamiento compra el edificio, y actualmente la Casa del Tesoro forma parte de las dependencias municipales de la ciudad.
Afirma el investigador cacereño Alonso Corrales Gaitán que en el transcurrir de los años varias han sido las personas que se han dedicado, sin éxito, a buscar este tesoro, que según parece se encuentra depositado en una galería subterránea que pasa por debajo del edificio y que lleva hasta el interior del recinto amurallado, partiendo otro tramo hasta la proximidades de la plaza de Italia.
Y aún permanecen aquí, tesoro y subterráneo, para seguir enriqueciendo los sueños e imaginaciones de generaciones de cacereños.
Pero no es esta la única “Casa del Tesoro” de la capital cacereña, ya que según Corrales en los años 50 una familia que vivía en una casa próxima a la Torre de Bujaco picó un muro para quitar humedades, y se encontraron con un pequeño arco oculto que contenía una olla con una pequeña bolsa con monedas y documentos del siglo XIII.
En septiembre de 1993, en unas obras realizadas en las proximidades de la Fuente Concejo salieron a la luz, al tirar una vieja casona, numerosas monedas y hasta una espada. Y en la Cuesta de Aldana por la misma época se desenterró una olla de barro que contenía varias joyas de época medieval.
Pero Cáceres no tiene la exclusiva en casas con premio. Y si no que se lo digan al vecino de Torre de Miguel Sesmero que encontró una olla de monedas en su patio, al herrero de Villamiel, que enriqueció de un día para otro tras encontrar un tesoro en su sótano, o a tantos otros que encontraron, por casualidad, su gozo en un pozo de su humilde morada.
En mi minúsculo apartamento si hago reformas, lo máximo que me puedo encontrar es el salón de mi vecino. Pero no desespero. Algún día me compraré una casa con tesoro incluido, y no pararé hasta destrozarla y encontrar el oro. Y con el oro me compraré otra casa con tesoro, y no pararé hasta destrozarla y encontrar el oro. Y con el oro me compraré otra casa…