Rescatar leyendas está de moda. En Extremadura se han rescatado muchas este año, como las leyendas de Ahigal, de nuestro querido antropólogo Jose María Domínguez Moreno, y se han reelaborado otras para consumo de masas, como las escritas por Alejandro del Pino y Virginia Domínguez en su obra “Vuelta a las Raíces“, en la que podemos encontrar un buen compendio de relatos cortos protagonizados por personajes de la literatura extremeña de origen tradicional, la mayoría dulcificados y despojados de su fuerza a cambio de poder llegar a un público que habitualmente no se interesa por ellos.
No soy partidaria de tocar leyendas ni seres míticos, porque tanto en lo legendario como en lo mitológico todo tiene un porqué, una razón de ser que aunque no sea obvia para todos es parte necesaria e intrínseca de la simbología del relato. Pero también reconozco que a veces hay que sacrificar una parte para que el todo perviva, y en ocasiones la amputación es necesaria para salvar al paciente.
Los autores han decidido en este pequeño librito no plasmar la leyenda original, porque muchas veces es demasiado tétrica, sangrienta o sexual para todas las edades, aunque siempre remiten a la leyenda original y consiguen sembrar la semilla de la tradición extremeña en sus lectores. Bienvenidas esas semillas, que llevan en su interior los nombre del Escornau de Ahigal, el duende Jampón, la serrana de la Vera, la Dama Blanca del Guadiana, la Tarasca de Badajoz, la Mansaborá de Cáceres, el Entignau o el Machu Lanú .
Sin embargo, el libro no solo relata leyendas, también cuentos tradicionales e incluso romances como el de la “Loba Parda” que harán las delicias de los más pequeños y los más mayores, y cuenta con la portada, contraportada, mapa y detalles ilustrados por la artista Aurora Redondo, también extremeña.
Regalar leyendas está de moda. Y lo sé porque aún se siguen reeditando los 50 lugares mágicos de Extremadura y aún se sigue vendiendo Extremadura Secreta. Brujas, Sabias y Hechiceras, como regalo de navidad.
Y para Reyes, se regalan bonos para realizar rutas de leyendas , y se crean espectáculos maravillosos sobre la Serrana de la Vera, como el que estrenará este mes la Compañía Al-Badulake y que ha conseguido plasmar toda la esencia de este personaje mitológico que muchos consideran real.
La fotografía, por cierto, es del premiado fotógrafo Jorge Armestar, quien este mismo mes presenta en Montijo su magnífica exposicion “Los 20 de enero”, que plasma su visión brutal y poética sobre el personaje de Jarramplas, otro ser legendario que puebla, como la Serrana, las nevadas calles de Piornal.
Pero que las leyendas están de moda no se palpa sólo en Extremadura. Acaba de ver la luz el libro de Ciudad Real de Leyenda, de José Talavera, escritor que se encuentra ahora consagrado en cuerpo y alma a recopilar y difundir las leyendas de la Mancha, provincia por provincia, para la editorial Almuzara.
Almuzara ha sabido ver el potencial de las leyendas , y ha decidido recuperalas por toda España. Ya lo hizo hace tiempo en Extremadura y lo hace ahora con otras regiones. Y como las leyendas no conocen fronteras, no era raro que encontrase, en este último libro dedicado a Ciudad Real, una leyenda manchega compartida con Extremadura, y que tiene mucho que ver concretamente con el castillo de Capilla.
Se trata de una leyenda estupenda que pordría ser perfectamente el guión de una película, porque tiene personajes históricos, cuevas ocultas, mapas secretos y tesoros templarios. Una leyenda que cambiaría el rumbo de la historia si fuera cierta, y que si non e vero, e ben trovato.
Y ya se sabe que en esto de la leyenda, lo importante es contarlo.