Un servicio básico para todos nosotros como es el de la asistencia sanitaria gratuita está en peligro cada vez más. Y lo seguirá estando mientras el Gobierno central y las comunidades autónomas no pongan freno a la sangría de empleos públicos que se está dando de forma continuada e ininterrumpida en la sanidad.
Según los datos oficiales del Ministerio de Trabajo, es para alarmarse que en un año la sanidad y también los servicios sociales sean ya los sectores que registran una mayor destrucción empleo con un descenso de 171.050 afiliados, un 11,95% menos que en 2012. De esta forma, se han destruido de manera consecutiva un total de 239.601 empleos.
Estos datos son el resultado de la amortización de plazas de personal interino y los recortes emprendidos en todas las comunidades autónomas sin excepción, incluida Extremadura. Hay que destacar que en el conjunto del sector sanitario, los empleos de personal público representan el 80 por ciento y es en este colectivo donde se está produciendo la principal destrucción de empleo.
Los datos del Ministerio de Empleo marcan el inicio de esta tendencia en el pasado mes de septiembre y la evolución es la siguiente: septiembre 2012 (22.643 empleos menos); octubre (-43.301); noviembre (-93.309); diciembre (-56.223); enero (-14.521) y febrero (-9.604).
En otros ámbitos, como la Administración general y la Educación en términos interanuales las cifras siguen siendo muy preocupantes, con 52.752 bajas y 28.213 en la Educación, respectivamente, según las mismas fuentes.
Por el bien de todos, para que no haya ciudadanos de primera y de segunda, se debe evitar el deterioro de un sector como la sanidad y los servicios sociales que es fundamental del Estado del bienestar.