EN EL VACÍO DEL SILENCIO, el reloj de pared suena como un corazón ajeno. El miedo irracional se le agarra a la nuca y a ratos le arranca espasmos de terror. Se asoma a la ventana a pesar del aire gélido para buscar en la calle a sus padres regresando a casa. Las farolas tiritan en la niebla, los