Estamos retomando viejos temas que siempre son actualidad en nuestra economía mensual. La economía doméstica, su gestión, es la base de nuestra tranquilidad familiar. Saber que puedes tomar unos días de vacaciones o tener algo de remanente para esos malos momentos de necesidad, por ejemplo, no son algo con lo que podamos especular. Recuerda las leyes de Peter: si algo puede suceder y no quieres que pase, sucederá. Para eso vamos a manejar las tres principales claves de la economía doméstica.
El ahorro, el eterno problema. Antes de la crisis, hace 15 años, el ahorro era la base de la economía familiar. Esos ahorrillos que nos permitían a todos disfrutar nuestro mes de vacaciones. Recuerda, que es cierto, era un mes. Ahora, en la mayoría de los casos, nuestros ahorros no nos permiten siquiera tener esa semana en la actualidad sin jugarnos las actividades extraescolares de los niños.
El ahorro se ha desplomado. Un 66% de los españoles declaramos ser incapaces de ahorrar prácticamente nada y, de ellos, un tercio afirman que no solo es imposible, sino que les cuesta sangre, sudor y lágrimas compensar los descubiertos mensuales.
El ahorro poco, o muy poco, se basa en la planificación de los gastos. Y la planificación de los gastos familiares del mes se apoyan firmemente en el presupuesto, en su ajuste diferenciando necesidades y deseos. De esto ya hemos hablado largamente. De hecho, allá por noviembre del 2013 ya proponíamos cómo hacer El plan de ahorro familiar, lo que nos ayudaría a saber cómo ahorrar para los imprevistos.
Tenemos que conocer nuestra situación, planificar los gastos, y elegir el camino adecuado en nuestra economía familiar. Ello nos dará las claves de lo que tenemos que hacer para llegar a nuestro destino. Ese destino que debe ser el proyectado en nuestro plan de ahorro.
Son tiempos laborales convulsos. Esa reforma laboral del 2013 nos ha llevado a que haya mucho empleo, “mucho precario y mucho temporal”, basado en muchas tipologías contractuales. Tendremos que esperar mucho al contrato único.
Ahora, cuando nos contratan, ni sabemos de qué forma nos están contratando. En definitiva, tal y como determina la OCDE, este sistema ha convertido España en una de las economías más pujantes de Europa, el motor de la productividad, y la que está a nivel de Grecia o México en repercusión en la renta per cápita de sus ciudadanos. Ello se traduce en que el dinero no llega a las familias como antes de la crisis aunque si que lo hace a las empresas.
Y si a ello le unimos esos tiempos laborales en los que es muy difícil que nuestros hijos tengan empleos estables y que por fin puedan dejar el nido, nos obliga a que toda la familia tenga conciencia desde pequeñitos del equilibrio presupuestario, del uso de las tarjetas de crédito, de la necesidad de ahorro, y de poner delante los bueyes del carro porque, de lo contrario, los deseos se convierten en necesidades.
Así que, hasta que la Educación reglada en España cuente con una asignatura que hable de las finanzas familiares, del ahorro y del equilibrio presupuestario doméstico, y nuestros hijos aprendan a entender qué es lo que verdaderamente es necesario y lo que no, te tocará a ti transmitir a tus vástagos esos conocimientos.
Y cómo no, saber cómo evolucionan los momentos económicos de tus necesidades reales.
La ropa, y sobre todo, la alimentación, se convierte en el principal agujero económico. Esas listas de la compra que te evitan gastos innecesarios. Esos productos de temporada que, lógicamente, tendrán mejores precios, las ofertas y marcas blancas, tienen que seguir siendo parte de tu gestión diaria.
El combustible. Sabemos que hay gasolineras más baratas, con descuentos a principio de semana, y con combustible siempre será más barato a principio que a final de semana. También hay bonos en grandes superficies que te ayudan a rebajar las compras. Porque te cuento algo que ya habrás empezado a notar: El combustible va a empezar a subir, y mucho me temo que alcanzaremos en poco tiempo los niveles de los años de la crisis.
El consumo eléctrico es otro de los grandes pozos sin fondo. En tanto en cuanto el/la nuev@ Ministro de Energía no derogue el maldito decreto Soria que permita libremente el autoconsumo eléctrico, tendrás que ajustar tus potencias a lo que realmente necesitas. No pasa nada si no puedes poner todos los electrodomésticos a la vez, ni si tienes que hacerlos con tarifas especiales. Todo ello redundará en poder rebajar esa factura tremenda.
El agua que, poco a poco, se irá convirtiendo en un artículo de lujo. Cisternas con botellas llenas dentro consiguen el mismo efecto en el inodoro. Bonos sociales para hogares de menos recursos, esos goteos de la ducha o de los grifos, poner el lavavajillas o lavadora a tope. Todo suma.
Y no olvides que ahora llegan tiempos para oír cantos de sirena políticos de unos, de otros y de los de más allá. No te confundas: ninguno te va a arreglar tu maldito fin de mes porque en definitiva ya sabes mi máxima… lo que no son cuentas… son cuentos.