Unas veces se gana y otras se pierde, dijo el hombre enroscado a una viola. Unas veces tienes más y otras tienes menos, grito la mujer prendida a un alfiler. Unas veces hay océanos y otras desierto, susurró el niño acicalado con cemento. Una veces pamplinas y otras gozos, concretó el abuelo abrazado a un tigre de bengala. Todos ellos, unas veces sí y otras veces no, se parecían a una familia convencional.