Aunque el consumo de helado es permanente durante todo el año, en verano se generaliza y se hace habitual (cerca del 90% de la población española confiesa consumir helado en esta época del año), y se convierte en una tentación que puede llegar a ser una dulce pasión de verano y, por ello, en un “exceso” que descompense una dieta sana y equilibrada.
Su consumo suele realizarse en grupo o en familia, puede estar relacionado con hábitos de consumo aprendidos durante la infancia, y además de sus cualidades como alimento refrescante, cremoso, dulce,…la necesidad de consumirlo puede estar favorecida por alguna de las sustancias que contiene como pueden ser la caseína, el chocolate e incluso los azúcares que mediante la liberación de endorfinas activarán la sensación de placer a nivel cerebral, un motivo más para que despierte pasiones.
Los avances en la tecnología de elaboración y conservación de los helados permiten su consumo durante todo el año, disponer de una gran variedad de gustos, sabores, colores, texturas, … siendo posible incorporar cualquier alimento y permite elaborar productos para personas con necesidades especiales como es el caso de los pacientes con diabetes e incluso se elaboran helados bajos en calorías para aquellos que quieren cuidar su peso por padecer de sobrepeso, obesidad, artrosis,…
¿Qué es un helado?
El helado se define como un “alimento dulce, hecho generalmente con leche o zumo de frutas, que se consume en cierto grado de congelación” o según la normativa como “aquellas preparaciones alimenticias que han sido llevadas al estado sólido, semisólido o pastoso, por una congelación simultánea o posterior a la mezcla de las materias primas utilizadas y que han de mantener el grado de plasticidad y congelación suficiente, hasta el momento de su venta al consumidor” (ver aquí).
Básicamente las materias primas con que se realiza son: agua, azúcares, sólidos lácteos no grasos y grasa procedente de leche, nata, mantequilla y aceites vegetales y aire. Por si no lo sabía, el aire es uno de los componentes fundamentales y más importante para dar la textura a cada helado, su proporción variará en función si es un helado de crema o de hielo (polo, sorbete o granizado), pudiendo llegar a ser el triple de las materias sólidas que contienen (volumen
Un componente adicional de todos los tipos de helados son las frutas y diferentes sabores en porcentajes variables. Generalmente el helado con…, debe contener mínimamente el 15% de fruta o frutas correspondiente o equivalente de zumo natural o concentrado. En el caso de cítricos estos porcentajes son del 10%, para las frutas exóticas o muy sabrosas del 2,5% y para las frutas de cascara del 7%. Los helados que contienen porcentajes inferiores a los señalados llevaran la indicación de “helado sabor a”. Si se le añade más de un 4% de yema de huevo pasa a denominarse “helado mantecado”.
A fin de mejorar su calidad, sabor, apariencia,… pueden contener aditivos y conservantes permitidos, como son los colorantes naturales, emulgentes, espesantes, edulcorantes artificiales,…que siempre deben aparecer en el etiquetado del producto. En los helados denominados como light, bajos en azúcares o en grasas, para pacientes con diabetes hay que conocer los edulcorantes que incorporan ya que en ocasiones le añaden fructosa que es un hidrato de carbono con el mismo valor calórico que la sacarosa o azúcar común.
¿Cuál es el aporte nutricional de los helados?
Su aporte calórico no es tan elevado como creemos, variando según el tipo de helado, así como de la cantidad y frecuencia con la que se consuma. Su valor energético oscila entre 200-250 Kcal/100 g en los helados de leche o crema, siendo las calorías mucho menores para los helados de agua y en aquellos que están elaborados bajos en grasas o con edulcorantes sin calorías. Algunos ejemplos de productos con el contenido calórico que podemos consumir habitualmente pueden ser:
Bombón helado (100 g) 200 kcal.
Tarta helada (200 g) 400 kcal.
Helado de turrón (112 ml ) 135 kcal.
Polo (1 unidad pequeña, 75 g) 134 Kcal
Que podemos comparar con algunos productos como:
Leche de vaca (200 cc) 131 kcal
Yogur tipo bio natural (125 g) 78 kcal
Platano (1 unidad, 132 g) 117 Kcal
Pastel de manzana (porción de 94 g) 360 Kcal
(Valoración calórica realizada en Dietas.Net y FoodMeter)
¿Qué consumo de helados se recomienda?
No he encontrado una respuesta documentada para realizar una recomendación genérica válida para todos. Sabemos que en la pirámide de alimentación sana y equilibrada, los alimentos dulces se encuentran en el extremo alto de dicha pirámide, como alimento de “consumo ocasional”, y así es recomendado por los nutricionistas y en la mayoría de dietas.
Como decía el Dr. Grande Covián “lo único que no engorda es lo que se queda en el plato”. Como he referido, el helado según su composición es un alimento nutritivo, se puede considerar una merienda o un postre refrescante y delicioso, por lo que en la práctica un niño o un adulto que mantiene una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y baja en grasas, puede deleitarse con un helado varias veces a la semana sin que afecte a su peso.