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Francisco Carramiñana

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Cuándo dejar de conducir por la edad?

¿Cuándo dejar de conducir por la edad?, es una pregunta que nos podemos hacer:  si llegamos a una edad avanzada, si somos un familiar o un amigo de un conductor  longeva (muy anciana o de larga edad), si hemos  percibido o no la pérdida de capacidad para conducir de forma segura. Especialmente se plantea esta pregunta cuando llega el momento de renovar el carnet de conducir en una persona longeva pero que conserva todas sus capacidades psicofísicas, tiene buena calidad de vida, no toma medicación, es independiente, se mantiene activo  y quiere continuar conduciendo.

Y es que no existe una edad límite para renovar el carnet de conducir, siempre que se superen las pruebas del test psicotécnico necesario para ello, lo cual es relativamente factible si no presenta una limitación importante en el estado físico y/o las capacidad mental. El porcentaje de personas mayores de 65 años que no superan esta renovación es baja, entre el 3-5%, y los déficit auditivos o visuales pueden  afectar a más del 30% de los mismos. Si hablamos de la toma de medicación ocurre en un alto porcentaje de personas mayores y son muchos los medicamentos  que pueden afectar a la capacidad de conducir, como ya hablamos en una entrada previa del blog (ver aquí).  Aunque actualmente la normativa indica que , a partir de los 65 años, las revisiones se deben hacer cada 5 años, es importante tener en cuenta las condiciones de la población longeva para mejorar la seguridad vial y prevenir los accidentes de tráfico, ya que, aunque suelen ser conductores prudentes (en ocasiones excesivamente sin ser conscientes, por ejemplo van muy despacio), la perdida de reflejos y el aumento del tiempo de reacción frente a un evento condiciona de forma natural un riesgo mayor de siniestralidad.

Le edad no es el único factor que condiciona el periodo de revisión del carnet de conducir, ya que el proceso de envejecimiento es diferente para cada persona y existen muchos factores que pueden hacer variar la capacidad para conducir, de tal manera que podemos encontrar a personas longevas muy bien y a otras limitadas. Además de la condición psicofísica de la persona longeva influirán otros factores importantes en una conducción segura como son la personalidad, las creencias, los valores, conocimientos y experiencias previas, el estado de concentración-atención, la motivación, el ambiente,…

 La dificultad para desplazarse en cualquier persona es percibida como una  limitación importante, pero en el longevo es una pérdida más asociada a la edad que puede suponer un duro golpe emocional, variación importante en sus condiciones de vida, perdida de independencia, que se  puede sumar a perdidas previas (socioeconómica, familiar, física, mental,…) y condicionar la aparición de una depresión o el empeoramiento del estado de salud física. Por tanto, debemos ser muy cuidadosos al plantear dejar de conducir a una persona longeva que persiste en conducir a pesar de la evidencias de sus limitaciones, ha sufrido un accidente leve o bien hemos sido testigo de una imprudencia de tráfico. Es fundamental que esta persona se sienta apoyada, comprendida, afrontando la situación con conocimiento y delicadeza, positivizando la situación de pérdida, como por ejemplo ofreciendo alternativas para los desplazamientos con ayuda familiar, transporte público, servicios de entrega en domicilio,…

Se trata de transmitirle la preocupación que sentimos por su seguridad evitando los mensajes negativos (“que mal conduces”, “te va a pasar algo”, “usted va a matar a alguien”), realizando comentarios constructivos como “he creido que te pasaba algo cuando te has despistado y has pasado el semáforo en rojo” en lugar de “no debes volver a conducir, te has pasado el semáforo en rojo”.

Estos momentos son una buena oportunidad para contactar con el trabajador social y conocer los recursos disponibles en su entorno sociofamiliar, ofreciendo alternativas a la limitación de la movilidad. Una ayuda puede ser utilizar los establecimientos que llevan las compras, comidas,… a domicilio, o bien enseñar a  comprar por internet. Averiguar si en el entorno más cercano existe alguna asociación o institución de apoyo para compras, desplazamientos,… Otro consejo posible es, por ejemplo, si vende el coche puede tener dinero para usar taxis, trasporte público…

Como familiares, amigos o usuarios que viajen con conductores longevos, debemos estar pendientes , observar su forma de conducir y tratar de advertir señales que indican posibles problemas para realizar una conducción segura. Así podemos valorar si una persona es un conductor seguro respondiendo a las siguientes cuestiones:

– ¿En algunas ocasiones se pierde mientras conduce?
– ¿Tiene problemas para distinguir las señales y reaccionar a tiempo?
– ¿Tiene problemas para pisar el acelerador o los frenos?
– ¿Presenta dificultad para mirar por encima de sus hombros al retroceder?
– ¿Se marea o se adormece luego de tomar alguna medicación?
– ¿Se pone nervioso al conducir con tráfico intenso o por caminos que no conoce?

En caso de marcar alguna de las casillas, debe consultar a su médico para determinar si alguno de los problemas de conducción está relacionado con la salud. En función de la causa, el médico valorará la situación y adoptará la medida precisa, como puede ser cambiar su medicación para que tenga menos o ningún efecto secundario, reducir la dosis o utilizar otra vía de administración. Si presenta un trastorno visual o de la audición, puede precisar cirugía o la corrección oportuna con gafa o  una prótesis auditiva. o incluso indicar la recomendación de “No conducir”.

También puede optar por dar un paseo en automóvil con la persona longeva para comprobar la  capacidad para conducir con seguridad , en cuyo caso debe prestar  atención a las siguientes prácticas de riesgo:

• No reconoce ni obedece las señales de stop o los semáforos.

• No respeta la preferencia de vía en un ceda el paso, en una rotonda o no puede aplicarlo correctamente.

• A menudo se pierde, incluso en rutas conocidas.

• Se detiene al ver la luz verde del semáforo o en el momento equivocado.

• Parece no distinguir otros vehículos, transeúntes o ciclistas en el camino.

• No presta atención a los “puntos ciegos” antes de cambiar de carril.

• Pisa el freno o el acelerador al mismo tiempo o confunde los dos pedales.

• Retrocede al extraviarse de una salida.

Para el conductor longevo las recomendaciones generales de la Bright Focus Foundation de 2013, son:

~ Utilice el vehículo para desplazarse a lugares de fácil acceso y cercanos a su hogar.
~ Y hágalo principalmente por calles que conozca.
~ Evite rampas en carreteras, aparcamientos, giros a la izquierda,…
~ Evite conducir con climatología desfavorable, de noche en horas extremas del día, al amanecer o con la puesta del sol.
~ Si detecta que su familiar o amigo no puede conducir de manera segura, contacte con  médico de él.
~ El médico debe examinar su capacidad para conducir y hacer las recomendaciones necesarias.
~ Como peatón, cruce siempre por los lugares indicados y asegúrase de que los vehículos se detienen antes de cruzar.

Ver también:

¿Hay edad para dejar de conducir? Ver en El País.

Documento de la Brigth Focus Foundation (ver aquí)

Las 5 pautas de AP para evitar accidentes de tráfico en mayores de 65 años Ver en Redacción Médica.com

13 de abril de 2015

Día de la Atención Primaria, 13 de abril de 2015

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Sobre el autor

Francisco Carlos Carramiñana Barrera, nacido en Zafra, Médico de Familia jubilado

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