“El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (HyAP), ha anunciado un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas, en consonancia con la dedicación del Ministerio de Sanidad a “la lucha contra la obesidad””. ¿ Nos lo creemos?, ¿lo entendemos?.
Previo a publicar esta entrada en el blog he realizado una encuesta sobre el tema, de cuatro sencillas preguntas que puedes responder en 30 segundos (puedes realizar aquí ), y cuyos resultados son los siguientes:
(No olvides realizar la encuesta, actualizaremos los datos periódicamente. Gracias por su colaboración.)
El anuncio de esta medida por Íñigo Méndez de Vigo, ministro portavoz del Gobierno, en compañía del Sr. Montoro, ministro de HyAP, no se puede entender de otra manera que como una “medida recaudatoria de impuestos”, con la intención de lograr mil millones de euros. Un matiz diferente y más comprensible hubiera tenido si esta medida es anunciada por Iñigo Méndez de Vigo acompañado de la Sra. Dolors Montserrat , ministra de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, en el marco de una campaña de “lucha contra la obesidad”.
De todas formas me parece una medida positiva que, al menos, inicia un camino de lucha desde las instituciones para cambiar el mapa de la obesidad y sobrepeso en España, publicado recientemente y cuyos datos son alarmantes, como ya reflejamos en una entrada anterior (ver aquí).
Por otra parte, esta medida era esperada desde el lanzamiento,en el año 2005, de la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS), ” una estrategia de salud que, siguiendo la línea de las políticas marcadas por los organismos sanitarios internacionales (Organización Mundial de la Salud, Unión Europea…), tiene como meta invertir la tendencia de la prevalencia de la obesidad mediante el fomento de una alimentación saludable y de la práctica de la actividad física y, con ello, reducir sustancialmente las altas tasas de morbilidad y mortalidad atribuibles a las enfermedades no transmisibles”. Entre otras muchas acciones e intervenciones que debe realizar en el ámbito de la sociedad, una de ellas es influir en empresas y la comunidad para lograr la adopción de estilos de vida saludable y activos. Su desarrollo debe implicar a todos los sectores y agentes de la sociedad tanto públicos (CCAA, ayuntamientos, otros ministerios) como privados (industria de alimentos y bebidas, sociedades científicas, organizaciones de consumidores, sectores de distribución y restauración, etc.). Y en este marco de la estrategia NAOS se puede entender la medida de subida de impuestos a las bebidas azucaradas.
Las iniciativas desarrolladas en el marco de la Estrategia NAOS, aunque van a toda la población, se priorizan fundamentalmente las dirigidas hacia los niños, los jóvenes y los grupos de población más desfavorecidos, con enfoque de género y evitando desigualdades en salud. En el año 2011, la Estrategia NAOS fue consolidada e impulsada por la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición.
Por los datos del mapa de la obesidad en España y el llamamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015 sobre el incremento del sobrepeso y obesidad en Europa, y especialmente en nuestro país, urge hacer algo más de lo que hasta ahora se ha realizado. En marzo de 2014 la OMS estableció que las bebidas azucaradas y carbonatadas deberían contener un máximo de 25 gramos de azúcar (cinco sobres de azúcar del bar o cinco cucharadas de tipo postre), y solicitó a los gobiernos que aplicasen políticas fiscales con incremento del 20% en el precio final de estas bebidas, estimando que ello puede reducir el consumo de estos productos en un 20%. (ver en Huffingtonpost.es).
Actualmente el contenido de una lata de refresco es entre 35 y 40 gramos , o sea entre 7 y 8 sobres de azúcar del bar o cucharas de tipo postre, y el consumo habitual de las mismas, se considera responsable del aumento de diabetes, caries y obesidad. Hay muchos hogares, y en mesas de bares y restaurantes, en los que las bebidas azucaradas y carbonatadas ha desplazado al agua en las comidas, incrementando el aporte calórico con azúcares que se absorben rápidamente, ambos factores se consideran favorecedores de la obesidad y la diabetes.
Como conclusión, y reflejando los resultados de la encuesta que he llevado a cabo, la medida de nuevos impuestos sobre las bebidas azucaradas y carbonatas es puramente económica de nula o dudosa repercusión en la salud pública, que posiblemente no contribuya a la lucha contra la obesidad, y que los fondos recaudados se deberían destinar a la sanidad pública o a campañas de sensibilización sobre la obesidad, especialmente infanto-juvenil.
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Salud con Cosas: 10 puntos sobre el impuesto a bebidas azucaradas
“El objetivo de este blogs es proporcionar una guía general sobre Salud y no pretende
ser un sustituto de la consulta con su Médico de Familia,
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Os dejo una canción dedicada a un “loco Maravilloso” y sus dos hijos, Miguel y Samuel.